viernes, 26 de enero de 2018

Alfonso López Quintás, conferencia en Santiago




La primera conferencia de los 800 años de la Merced, ya en Año jubilar , la ha dado en el salón de actos del Museo de las peregrinaciones, D. Alfonso López Quintás , mercedario, profesor de filosofía en Madrid.

El salón estaba   completo y con alguna gente joven. Estas conferencias  están programadas  una cada mes, hasta diciembre.

D. Alfonso dio su conferencia salpicada de anécdotas  la mayoría personales y vividas por el conferenciante. Aunque estuvo más de una hora no resultó pesada  su conferencia, sino amena y provechosa. 

El tema ,  dicho así en palabras pobres,  fue sobre la liberación, muy propio de la orden de la Merced y también ahora de actualidad.

Nos habló del enfoque positivo de la ética como de un descubrimiento que no es pesado sino liberador y que lleva a la unidad, a la creatividad,  al servicio a los demás etc.

También nos habló de los diversos niveles de la situación de cada persona. Son cuatro: El primero es el nivel de las cosas y del egoísmo.

 El segundo es donde se piensa en el otro, en el tú,  al que se puede ayudar y hacer feliz. Ahí se descubre la felicidad de servir y hacer feliz al otro. Es un nivel creativo donde se renuevan las relaciones personales y se hace un entramado de amor. También en ese nivel está el amor al enemigo.  Amamos al enemigo y al que está peor que yo.  Este nivel tiene como tarea la unidad.

El tercer nivel es el de los ideales y el cuarto es hacer todo porque a Dios le gusta: la religión. Todo esto está explicado en la página: Fundación López Quintás, en la que  también trae sus libros.

Nos contó la labor de ayuda a la Iglesia necesitada en que entran estos niveles y en  cuya organización  está implicada la orden de la Merced.

nota:
 Fraile mercedario, pedagogo católico y profesor español que, entre otras cosas, se dedicó a la enseñanza de la filosofía como funcionario del Estado. Nació Alfonso López Quintás en Santiago de Franza (La Coruña) el 21 de abril de 1928. Captado desde muy joven por la organización católica de los mercedarios, inició en 1943 los estudios filosóficos y teológicos en el Monasterio de Poyo (Pontevedra), donde tuvo como profesor a Vicente Muñoz Delgado. A partir de 1951, una vez ordenado como presbítero católico, realizó estudios universitarios en Salamanca (filología hispánica y rusa, y filosofía), licenciándose en filosofía en 1956 en la Universidad de Madrid. Su orden religiosa facilitó que pudiese trasladarse a Munich (1957-1960), para ampliar estudios de filosofía junto con los profesores Alois Dempf, Romano Guardini y Ernesto Grassi.

jueves, 25 de enero de 2018

cuando empezó El viacrucis




Es una práctica habitual en la Cuaresma,     aunque  muchas personas lo rezan con frecuencia. El Papa S. Juan Pablo II lo hacía todos los días.

¿Cuándo y con quien empezó?
Pues empezó con el beato Álvaro de Córdoba. Un dominico; era el año 1491.
Todo comenzó  en una peregrinación a Jerusalén, en la que se consideró caminante a lo divino.

 Allí vio los pasos de la pasión de Jesús que le dejaron conmovido. Luego al llegar a España,  reproduce en Escalaceli, ( un convento dominico en la montaña), en pequeña escala,  las estaciones del Viacrucis que terminaba en una colina.

Luego se fueron añadiendo diversas estaciones.

Es el primer viacrucis del mundo que,  El beato, hacía a veces de rodillas y todavía se conservan las ruinas de aquellas capillas.

Esta magnífica idea luego fue copiada, hasta el día de hoy, con algunas modificaciones,  en tantos lugares.

martes, 23 de enero de 2018

Antonio Torreira Torreira, sacerdote.




Falleció D. Antonio el día  22  de enero de 2018.

Tuvo varios cargos en la diócesis: Añá y Leroira,  Castelo (Forcarey), San Miguel de Cabanas (Dubra). Nació el 16 de mayo de  1938 y se ordenó el 13 -8-1961.

 Procedía de una familia y de una parroquia cristiana. En esa parroquia  florecieron vocaciones sacerdotales como D. Celestino Cancela o D. Manuel Allo y también de religiosas  de  diversas congregaciones.

En todos los  lugares en donde ha ejercido el sacerdocio se mostró atento  a los problemas y sufrimientos de sus feligreses que trataba de comprender. Era serio y servicial en sus cosas y piadoso.
No hizo cosas extraordinarias, pero llevó consigo el gran regalo de hacer presente a Cristo en la Misa y demás sacramentos   y dio a conocer la gran noticia de la misericordia de Dios al que vale la pena entregarle la vida.

Por razones de enfermedad se retiró a la casa paterna en Freixeiro (Santa Comba), en donde  vivió acompañado de sus dos hermanas.

Colaboró casi hasta el final con los párrocos limítrofes, en aquello que le  pedían,  siéndoles de mucha ayuda en fiestas y funerales. Iba con gusto y con interés.

Las visitas de los compañeros las  acogía en el local más caliente de la casa que era la cocina. Siempre la tenían encendida con la abundante leña que  hay  en aquella zona. La verdad es que la temperatura era muy agradable. D. Antonio estaba enfermo pero no se quejaba y todo hacía pensar que aun duraría mucho.

Viéndole en una ocasión me acordaba de un párroco de Roma que procedía del campo de Italia y que era llano y directo. Cuando resumía su vida decía que milagros no había hecho y que tampoco había conseguido grandes conversiones. Y de dinero nada. Comparaba  a su parroquia a la conocida estación Termini y decía que esta estación tenía pocas entradas y muchas salidas y que así era su parroquia.

Así era la vida de D. Antonio, fue una vida sin sobresaltos, con el cumplimiento de los deberes ordinarios de un buen párroco y sirviendo con dedicación a los feligreses que le recuerdan con afecto por todos los lugares por donde ejerció su ministerio. Deo gratias. Demos gracias a Dios.

Descanse en paz y que pida por nosotros.


sábado, 20 de enero de 2018

La calle de San Cayetano




Hace pocos días un argentino, de ascendencia de Santiago, me preguntó por la calle de S. Cayetano y por un número concreto.

De esta calle no queda nada,  a no ser unos dinteles que se incrustaron en la pared de la  iglesia como recuerdo de las 21  viviendas ,vivideras , y con su huerto,  que fueron de la  capilla (ahora parroquia) y que luego se alquilaban  para pagar, con los alquileres, al capellán. 

Después  fueron pasando a las manos de los inquilinos. Pero  todo esto,  desapareció.

 Las casas fueron derruidas en el año 1974 en el mes de junio, y con ello desaparecieron  algunas cafeterias que tenían buen vino y  buen café y que eran  frecuentadas por gente del centro de la ciudad. 

 También  hubo un fielato que controlaba por  esta zona norte,  el paso de  los productos del campo para ser vendidos y que tenían que pagar. Desapareció antes de derruirse la  calle.

El ministerio de vivienda hizo unas viviendas con 4 pisos, más modernas y mejor acondicionadas que las antiguas. Aunque de aquella no se hicieron ascensores que,  de momento, no se echaron de menos pues la gente era joven y  aun no se habían popularizado como ahora.

En el lugar de las viviendas se amplió la calzada y se plantaron árboles y quedaron espacios amplios de esparcimiento.

De esta antigua calle quedan algunas fotos, no de mucha calidad, pero es lo que hay.








La hostia y le cáliz eran el distintivo de la casas de la capilla


miércoles, 17 de enero de 2018

Renovar el sí




Escuché por la radio,  el relato de una señora recién viuda , con 4 hijos, en el que, entre otras cosas, decía que  en sus  años de matrimonio todos los días renovaban el sí quiero,  ella y su marido. Eso les matuvo enamorados y, cuando llegó la enfermedad y la muerte, fue de gran consuelo y fortaleza.

Me  pareció una idea buena, pero es que además  el papa en Chile se  le dijo a los religiosos y sacerdotes reunidos en la catedral: que renovasen su si al Señor.

El  Sí de María
Se ve que el Espíritu santo inspira la necesidad de renovar el sí, pues las lámparas,  por falta de aceite, se apagan, hay que ponerles aceite para que sigan alumbrando.

 Ese aceite es la  formación que concluye en el sí o el te serviré,  a Dios. El non serviam, no te serviré,  suena desde el paraíso en boca del demonio  y de sus seguidores.

Luego hay que concretar, de un modo personal esa renovación del sí. Renuevo mi puntualidad, el orden, la sonrisa aunque no tenga ganas, el ser positivo viendo lo bueno de las cosas, el buen humor y tantas cosas mas, como es la piedad o el trato con Dios. Cada uno ha de ver su propia necesidad.

No podemos dejar que nuestra entrega  se vaya apagando y perdiendo.

La Virgen es titulada la mujer del Sí, porque no sólo dijo Sí en la Anunciación,  sino toda la vida, también en el Calvario.