Un tesoro escondido

 

Hace pocos días encontré un tesoro escondido, como dice el Evangelio. Fue  en la parroquia de San Cristóbal de Mallón, cerca de Santa Comba..

Pude verla, hace muy poco, guiado por el propio párroco que nos abrió las puertas y nos fue enseñando las imágenes, el bonito viacrucis de madera y bien visible, un retablo de madera con diversas imágenes. Todo ordenado y cuidado.

Luego pasamos a la sacristía y allí  estaba el tesoro. Un  retablo antiguo en bastante buen estado, de piedra todo él, policromado y con imágenes también en piedra de S. Pedro, san Pablo, san José y otras. Una hermosura, realmente un tesoro escondido. Este retablo había estado en la capilla mayor, detrás del altar y fue sustituido por el actual de madera.

Nos contó el párroco que un arzobispo celebrando misa en la parroquia en esa misma iglesia, les comentó a los feligreses que tenían un retablo que era un tesoro y que si él fuera el párroco lo pondría de nuevo  en la capilla mayor, detrás del altar.

Tenían un tesoro y no se daban cuenta. Me  hizo pensar en la palabra de Jesús del tesoro escondió en el campo, pero también me hizo pensar en tantos tesoros de los cristianos y como tantas  veces no se dan cuenta de su auténtico valor:

La confesión, que la van dejando

La santa Misa que no aprovecha la misa de diario

La familia, a la que dedican pocas atenciones espirituales

Los hijos, que no se ven como un don de Dios.

El Amor a la Virgen,  que es consuelo de afligidos

La gracia santificante que nos lleva al cielo y la podemos perder por un mal pensamiento consentido o una mirada…

Y otros muchos más.

Le  pido a la Virgen que nos dé ojos y sensibilidad para ver y apreciar esos tesoros.

La Virgen de Éfeso

 

El día del Apóstol estuvo la imagen de la Virgen de Éfeso, que anda por toda España, en Santiago. La tarde la pasó en la iglesia de Santa Clara, que cuidan las clarisas.

Estuve allí para ir a despedirla y para  que me viera. Hay una tradición precisamente desde el Concilio de Éfeso que dice que la Virgen no está en el Sagrario, allí está su  divino Hijo, pero que nos ve desde todas sus imágenes.

Pues bien, fui  hasta este convento para que la Virgen  me viera aunque sé que nos mira siempre.

Cuando llegué estaba terminando la Misa y las religiosas, al final, cantaron el “Santo adalid” por ser día del Apóstol. Los  presentes secundaron el himno y al finalizar el canto muchos siguieron allí un buen rato sin prisas.

En ese momento aproveché para acercarme a la imagen y sacarle unas fotos. Lo  mismo hizo más gente y , los más atrevidos, tanto hombres como mujeres, la acariciaban o besaban sus manos o el manto.

El lunes  día 26, se va. Me han dicho que su próximo destino es Lugo.

 Hay un grupo de jóvenes que son voluntarios y la llevan por toda España.

 Estoy seguro que derramará  muchos  favores por todos los sitios por donde pase, robusteciendo la fe de muchos. ¡Señora, ven y auméntanos la fe!

Un favor de María en esta parroquia

 

Hace tan sólo unos días que llegó a la iglesia parroquial, San Cayetano,  un señor, ayudado de dos muletas. Se le veía contrariado e incómodo, sobre todo para subir y bajar escaleras.

Al llegar le salió al encuentro un feligrés que le preguntó qué tal se encontraba y a esto respondió que estaba mal, contó un poco su historia.

 El señor que le  hablaba le dijo que fuera junto a la imagen de la Virgen de la Paz  que hay en una de las capillas de la parroquia y que le pidiera con fe que lo curara. Incluso  que le podía hacer la petición en un papel y ponerlo en una caja de peticiones que hay para este fin.  Es una caja que los peregrinos llenan de peticiones.

Total que se encomendó a la Virgen y luego se fue.

Al día siguiente vino a la misma hora y nos llamó la atención pues venía sin muletas y andando correctamente. Se fue inmediatamente a la Virgen y allí estuvo un rato largo. Luego siguió viniendo durante varios días. Y sigue bien.

Todos los que lo sabemos, damos gracias a Dios que sigue pendiente de nosotros y nos ayuda en nuestras variadas necesidades.

LOS DOS PEREGRINOS DE PORTUGAL

 

Damos gracias a Dios por el don del apóstol Santiago que hoy en día muchas personas toman el camino como una escuela donde se aprenden diferentes lecciones sobre la vida. Estos imitadores del apóstol no caminan como los perros sino como seres racionales, inteligentes. Caminando, pero al mismo tiempo pensando.

 Un perro camina, pero solo en búsqueda de sus necesidades biológicas nada más. En cambio, al hombre el camino puede ser una búsqueda de la verdad. En que el peregrino aprovecha los momentos de soledad para hablar con Dios. Esta es la grandeza del peregrino frente a un perro que también camina.

Les voy a contar a ustedes una de las experiencias que tuve con los peregrinos y luego sacamos un aprendizaje. Hay que recordar que al hombre el aprendizaje no se termina después de la escuela o la universidad porque el hombre fue creado para conocer lo infinito. Por eso naturalmente el hombre desea saber más, y luego más y así hasta infinito.

 Nuestro deseo del saber terminará cuando nos encontramos con Dios en el cielo. Él es lo Infinito mismo. De hecho, el hombre no se cansa con el saber de lo nuevo.

Me encontré con dos peregrinos de Portugal en que uno de ellos fue invitado por el otro para hacer el camino. Sin embargo, en el camino no estaban juntos. Eso pasó porque uno caminaba más rápido que el otro. Pero el que caminaba lento me dijo que él no se avergonzaba de caminar lento en comparación al otro porque él <<no es el otro>>.

 Es decir, le daría más daño caminar rápido para encontrar el otro.  El daño es mucho más cuando uno quiere ser como el otro porque eso es igual al que lucha agarrar el agua en sus manos,  este sufre más que el que ya aceptó que no puede. Sufriría mucho querer ser << el otro>> y no uno mismo. El decidió  caminar a su ritmo y todos se encontraban luego en el mismo albergue.

¿Qué aprendemos de estos dos peregrinos? Se aprende  a ser uno mismo, aunque haya fracasos. No vivir para satisfacer lo que quieren los demás sino conformarse con la verdad solo nada más. Dijo Jesús que la verdad nos hace libres. No hay que vivir según la moda sino según la verdad. Uno se esclaviza si vive según la mayoría y no la verdad. Lo dice Jesús (Jn 8:32,36) <<… la verdad os hará libres.

 Si pues, el Hijo del hombre os da la libertad.>> La mayoría,  no es la verdad. Tampoco el vecino ni el amigo es la verdad. En este mundo es sólo Jesús que se identificó con la verdad. Así dijo Jesús <<… Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida>> (Jn 8:12). Los demás buscamos la verdad, es decir tenemos oscuridad. No somos lo que Es. Solo Dios es El que es (Ex 3:14) y lo que es, es la Verdad. Por tanto, todos tenemos que seguir a Dios que es la verdad misma.

 

Serapión Modest

Seminarista de  Tanzania

 

 

Jesús, El Señor, sigue hablándonos en parábolas.

 

Jesús fue un maestro de las parábolas y con ellas suscitaba interés en los oyentes y, a la vez, los formaba.

 Pues, ahora, también sigue comunicándose con nosotros por otras  muy variadas parábolas.

A veces, habrá que preguntarle, como hacían los apóstoles, para que nos las explique y nos haga ver su sentido y su mensaje.

¿Cuáles son esas parábolas actuales?

Pues es lo que nos pasa a diario, una llamada telefónica en que alguien nos cuenta que está disgustado. También es parábola ver a un niño que sube al alto de un muro y  se coge de la mano de su madre y no la suelta, o un peregrino que entra en la iglesia a sellar y nos cuenta  que viene de Chequia y se pone a rezar. Una alabanza o un desaire, también algo nos dice.

Podíamos decir que todo es parábola, que Dios nos habla constantemente y  en todo hay algún mensaje.

Nuestra pregunta ha de ser: ¿qué me dices con esto que veo o me está sucediendo?

También los acontecimientos diarios del mundo que nos rodea, tienen su mensaje.  Inundaciones, el cobid, la violencia… algo nos están enseñando.

Señor, que vea, ábreme  los ojos y que saque consecuencias para mi vida.