Ocurrió en Valencia
Una niña hablaba con Dios todos los días y le contaba a su párroco las conversaciones. Un día le dijo dicho sacerdote que para creerle le tenía que preguntar a Dios los pecados que él había confesado en la última confesión que hizo. La niña le dijo que bueno, se lo preguntaría.
Cuando volvió a los pocos días, le dijo el párroco si le había preguntado a Dios, como habían quedado,cuales eran los pecados que él habia confesado, y, la niña, le contestó:
Se lo pregunté y me dijo: Dios perdona, olvida y no cuenta.
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