Es una buena ocasión para replantearnos de nuevo la vida de fe.
No importa que uno sea ateo o esté muy alejado de la Iglesia. No te lo van a preguntar;
sólo se necesita un poco de inquietud sobre estas grandes preguntas: Quien soy, para qué vivo, de donde vengo y que hay después de la muerte.
Los iniciadores del Camino Neocatecumenal con el Papa.
Kiko, Carmen y el P. Mario
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