Paco cantando el salmo |
Hay cristianos que ven la Misa del domingo como una carga o
como una repetición un día y otro que no acaba de suscitar su interés. Quisiera
dar una respuesta entretenida a esta situación y ayudar a ver la Misa con otros ojos.
Conocí un sacerdote que recibió una llamada telefónica desde
una conocida agencia de viajes de Madrid que le ofrecía gratis un viaje a Tierra Santa de ocho días. Iría con otros sacerdotes de España y algún laico.
Aceptó el plan y dejó correr el tiempo y ya cuando faltaba un mes para la fecha
señalada, le vuelven a llamar para confirmar o no el viaje, pues había sido
seleccionado.
Este sacerdote les contestó: si puedo celebrar misa todos los
días, acepto, en caso contrario no me interesa. Este sacerdote valoraba la Misa
como un gran tesoro y no la dejaba ni siquiera para un viaje apetecible como
ese.
con flores para la fiesta de Corpus José Pita, su esposa Lali y Lucila |
Los primeros cristianos tenían un gran aprecio por reunirse
con Jesús en la Eucaristía. Es bastante conocido como en Bitinia (al norte de
África), unos 40 cristianos en el S.III,
arriesgaron su vida, de hecho los mataron, por asistir a la Misa.
Preguntados porque lo habían hecho, contestaron: es que sin la Eucaristía no
podemos vivir. La necesitaban para ser buenos seguidores de Cristo.
Si estas y otras personas sacaron tanta fuerza de la Misa, yo ¿por qué no?
Si estas y otras personas sacaron tanta fuerza de la Misa, yo ¿por qué no?
También oí contar de
un universitario musulmán que frecuentaba las clases en una universidad del
sur, les pidió a sus compañeros de clase, que eran cristianos, que le hablaran sobre la Misa. Ellos le
dijeron que allí estaba Jesucristo y que Dios
hablaba en la Misa. Él les contestó que si supiera que su Dios le
hablaba en determinado lugar que no se lo perdería y que no faltaría nunca a esa cita.
En la Misa se reúne el pueblo cristiano que camina en unión
hacia la Patria definitiva. Es el pueblo de Dios en marcha, unidos y compartiendo
la fe, secundando la voluntad de Dios
que nos quiere salvar en comunidad. De hecho, si echamos la vista atrás, podemos recordar muchas personas,
cristianas, que Dios puso en nuestro
camino y que nos ayudaron: padres, abuelos, amigos. Maestros, sacerdotes etc.
sin contar a los que sin conocer también rezan por nosotros.
A la Misa vamos a adorar – tenemos obligación de hacerlo con
frecuencia y la Misa nos lo facilita -, a dar gracias (que desagradecidos somos, a veces), a pedir perdón y a pedir
ayuda para nuestras necesidades. En la Misa se celebra el misterio pascual, la
muerte y resurrección de Cristo que se hace actual para nosotros.
Las procesiones son el marketing de las parroquias |
Cuando hay gente que me para en la calle y me pide que rece por algo que le preocupa, invariablemente les digo que pondré su problema en la Misa, con la conciencia de que yo no le veo la solución a sus problemas en la mayoría de los casos pero Dios la ve y pone el remedio que más nos conviene.
Conocí a un adolescente de unos 12 años que un día se le plantó a su madre y le dijo que no volvía a Misa. La madre le hizo sentar y se dispuso a escuchar sus razones. No supo mucho que decir pero, al final de darle algunas vueltas al asunto, dijo: “es que me aburro”. La madre con tranquilidad le respondió. Vamos a ver ¿tú escuchas las lecturas? ¿Entiendes lo que dice el sacerdote?¿pides algo para tus padres o tus estudios?¿das gracias? las respuestas fueron sinceras y fueron todas negativas.
Conocí a un adolescente de unos 12 años que un día se le plantó a su madre y le dijo que no volvía a Misa. La madre le hizo sentar y se dispuso a escuchar sus razones. No supo mucho que decir pero, al final de darle algunas vueltas al asunto, dijo: “es que me aburro”. La madre con tranquilidad le respondió. Vamos a ver ¿tú escuchas las lecturas? ¿Entiendes lo que dice el sacerdote?¿pides algo para tus padres o tus estudios?¿das gracias? las respuestas fueron sinceras y fueron todas negativas.
La madre le
dice: entonces si no haces nada más que esperar a que se termine, como no te
vas a aburrir. El jovencito se convenció y volvió a la Misa con otras
disposiciones y dispuesto a aprovecharla más.
Por otro lado para disfrutar de la Misa hay que conocerla y
participar en cada uno de sus momentos. Saber qué hacer en la liturgia de la
Palabra que va variando cada día. Saber lo
que es la liturgia del sacrificio compuesta de ofertorio, consagración y
comunión.
Unirse a Jesús en su ofrecimiento y sentirse un cuerpo con Él que se
dirige al Padre. De todo esto hay muchos libros escritos con las explicaciones
correspondientes que nos pueden hacer vivir tan gran misterio. También se puede
ser provechosa una conversación con un cristiano responsable que nos dé su experiencia y nos aclare algunas dudas.
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