jueves, 27 de noviembre de 2014

El amor al padre y el amor a Dios




Conocí a un niño que,  al marchar su padre a un país  de América, se volvió rebelde.

 Odiaba a su padre del que decía que lo había abandonado, pero al mismo tiempo empezó a decir que odiaba a Dios.
 A pesar del esfuerzo de su catequista costaba mucho curarle este trauma. Parece imposible en un niño de corta edad, pero así era.

Luego llegó el padre y las cosas fueron cambiando a mejor,  tanto la relación con su padre como la relación con Dios.
En una conversación, me decía el padre que eso era normal. Él había conocido a personas rebotadas con Dios, ateos,  y, casi todas,  tenían detrás una historia de mala relación con sus padres. Para entender a Dios y su bondad ayuda mucho la bondad del padre de familia. Se ve que el primero y cuarto mandamiento están muy relacionados.
Oí decir que en un país de Asia no se puede empezar el padrenuestro así,   no se puede  usar  la palabra padre pues allí los padres son severos y exageradamente exigentes y llegan a ser odiados por sus propios hijos. En vez de  la palabra padre, tienen que hacer un circunloquio para rezar esta oración
Tampoco hay que ser blandos, sino criarlos en lo recio pero con amor.

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