Durante un año se celebró el año jubilar del convento de
las dominicas de Belvís en Santiago con motivo de los 700 años de su fundación.
El día 31 de diciembre fue la coronación de este año jubilar
con una Misa solemne en este santuario de la Virgen del Portal tan querido en
toda la ciudad de Santiago y alrededores.
Concelebraron con el Sr. Arzobispo varios sacerdotes de la
Ciudad, entre los que me encontraba.
Las religiosas realzaron diversas partes de la Misa cantándolas.
Al final también se cantó por todos el Te
Deum laudamus , en castellano, en acción
de gracias por este año de maravillas a los ojos de Dios.
Las primeras beneficiadas fueron las mismas religiosas que se
ha esforzado por ser dominicas de verdad santas.
Yo pude estar con la priora y otra religiosa antes de la
Misa en donde vi su ilusión por este año jubilar y su experiencia de apostolado
de acogida especialmente con jóvenes.
También hablamos del Año de la Familia, de las familias
santas y me comentaron que el padre de Santo Domingo de Guzmán es beato y que su madre es venerable.
Al terminar la Misa nos invitaron a los sacerdotes a un
pequeño ágape y departieron su alegría con el Sr. Arzobispo y los demás
sacerdotes en amable tertulia.
Son un buen grupo de
religiosas y hay de todas las edades y
en diversas situaciones vocacionales, como en toda familia. Hay alguna de India
y de Brasil, otra me dijo que era de Arzúa y otra de S. Julián de Sales
etc. Son el tesoro de la Iglesia que elevan a Dios peticiones para que
haya muchas conversiones a Dios.
El atardecer nos cogió a la salida de la celebración, cumpliéndose
el nombre de Belvis: Bella vista.
¿Cómo se vivió en la
Comunidad el Año Santo?
Asi hablan las religiosas:
“La Iglesia vive de la Eucaristía”. Sabiendo
que la Eucaristía es el centro de la vida cristiana, el mejor modo de dar
apertura a este Año Santo, fue con la Celebración de la Eucaristía, seguida de
la Exposición del Santísimo junto con el Cántico de las Vísperas, que tuvo
lugar el día 31 de Diciembre de 2013.
Desde el inicio hemos intentado comunicar la Gracia especial de este Año Jubilar. Nuestro modo de celebrar el Año Santo fue discreto y nada espectacular a los ojos del mundo, ya que no se llegó a organizar nada extraordinario para conmemorarlo.
Desde el inicio hemos intentado comunicar la Gracia especial de este Año Jubilar. Nuestro modo de celebrar el Año Santo fue discreto y nada espectacular a los ojos del mundo, ya que no se llegó a organizar nada extraordinario para conmemorarlo.
Nuestro deseo, más bien se enmarcó en un
intensificar y mejorar nuestra respuesta de amor al Señor, que nos ama,
ansiando crecer en caridad en medio de la Iglesia. “En el corazón de la Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor”,
esta convicción de la Santa de Lisieux, iluminada por la gracia de
Dios, nos indica muy bien a todas las monjas contemplativas la tarea
Hermosa vista desde el santuario |
El pasado 12 de Octubre de 2012, D. Julián Barrio Barrio, nuestro Arzobispo,
nos convocó, a toda la Archidiócesis, al Sínodo Diocesano en su carta pastoral:
“Renovarnos desde Cristo, caminando en
comunión”. Parece algo
Providencial que, dentro de este período, en que la archidiócesis está
celebrando el Sínodo, un Monasterio dedicado totalmente a la “contemplación del
Señor”, esté celebrando sus 700 años de dedicación plena a su Esposo y Señor. Y
así, aprovechando las reflexiones que el Sínodo nos señalaba, comunitariamente
hemos intentado concretar y vivir, como grupo sinodal, desde el Monasterio y en
él, aquello que según nuestro carisma y vocación podríamos aportar a nuestra
Iglesia Compostelana, respondiendo a la llamada que Dios nos hizo por medio de
Monseñor Julián: “Queridos diocesanos, no
quisiera que ningún bautizado se sintiera ajeno a este acontecimiento”.
A lo largo de este Año Santo, se han acercado a nosotras de forma
particular o en grupo, varias personas, a las cuales hemos intentado acoger con
amor. Entre ellos vinieron grupos en peregrinación para celebrar la Eucaristía
con nosotras o aparte, o tener tiempos de oración o de catequesis. También, en
grupo o en particular, nos han pedido algún encuentro en el locutorio para
poder saber y conocer un poco, en qué consiste nuestra vida.
Con el deseo de suscitar nuevas vocaciones, promovimos, el 16 de mayo, un encuentro vocacional, que
consistió en una celebración de la Eucaristía presidida por el Obispo Auxiliar,
Monseñor Jesús, seguida de un encuentro informal en el locutorio. Asistieron,
entre otras personas, los Seminaristas que se están formando en el Seminario
Mayor con sus formadores, y algunas jóvenes.
En este Año de Gracia, el Señor
también nos ha bendecido con el don de tres hermanas que se han consagrado a Él
para siempre con el compromiso de los votos perpetuos.
V. Del Portal en Torreciudad |
Por todo lo que el Señor nos ha concedido y hemos vivido en este Año
Jubilar, damos Gracias a Dios, nuestro Padre, el cual, desde su infinita y
eterna bondad y misericordia nos concede siempre aquello que más nos conviene:
“todo es para bien de los que le aman”. Y pedimos que, en lo que resta de este
Año, nos conceda las gracias necesarias para vivir con generosidad y alegría,
todo aquello que Su Divina Voluntad nos ofrezca, para mayor Gloria Suya, bien
de toda la humanidad y provecho de nuestras almas.
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