La exposición sobre la misericordia es una fuente de anécdotas
constante, pues vienen visitantes de todo tipo.
Una señora
estaba esperando a unos amigos y entró. El seminarista que enseña la exposición
se ofreció a darle una explicación, pues
eso abre bastante los ojos.
Lo aceptó sin mucho entusiasmo y vio la primera
parte y ya cuando tuvo que subir a la
sala de arriba prefirió ir sola.
Pasado
un tiempo, bajó repitiendo una frase que había
leído en el Padre Pio y que le impresionó mucho:
“Reza, espera y no te preocupes.
La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y escuchará tu oración... La
oración es la mejor arma que tenemos; es la llave al corazón de Dios. Debes
hablarle a Jesús, no solo con tus labios sino con tu corazón. En realidad, en
algunas ocasiones debes hablarle solo con el corazón...”
San
Pío de Pietrelcina.
Al encontrar de nuevo al guí, le dijo que sólo por aquella frase ya
valía la pena haber visto la exposición.
Cuando ya iba a salir le dijo el guía que esperara, pues hay un cestito con
frases sobre la misericordia de varios santos, y se lo ofreció
a que escogiera un papelito con esas frases
al azar, entre muchos. Cuando lo leyó quedo conmovida pues era el mismo
del P. Pio que había visto hacía un momento.
Otra historia
es la de una persona que vino sin prisas y le explicamos todo y al llegar a la
imagen de S. José Benito Cottolengo, le
explicamos algo de su vida y ella añadió
una pequeña historia personal.
Había trabajado
durante años en el Cottolengo de Santiago y que
antes de entrar ocurrió un hecho excepcional.
Nos contó que su madre enviaba al Cottolengo, leche de sus vacas, que a veces le sobraba, pero un día se empeñó
en mandarle 12 litros de leche. Lo llevó
y cuándo se lo ofreció a la superiora ,
ésta le preguntó si sabía lo había pasado ese día con la leche y le contó que se habían estropeado 12 litros
de leche de la casa y que no tenían nada para desayunar. Naturalmente esta
señora no sabía nada y el hecho y la sorpresa le quedaron grabados
para toda la vida.
La coincidencia fue una muestra más de cómo la
divina Providencia vela por sus hijos pequeños que creen en Dios.
Otra
persona que oyó con atención las distintas explicaciones sobre la misericordia
a través de las imágenes, comentó que interiormente le habían ayudado y que
marchaba muy reconfortada.
Ya en otro
capítulo de cosas, ayer estuve en una
penitencial en un hotel cerca de Santiago para jóvenes que se iban a Polonia a
la JMJ
. Llegaron con sus maletas de
distintos sitios de Galicia y allí vi un ambiente de alegría y de ilusión increíble. Tendrían la penitencial , luego la cena y a continuación coger el autobús toda la
noche hasta S. Sebastían.
Me acordéde la Biblia que dice al ir iban llorando, al venir venían cantando. En este caso ya iban cantando.
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