Cuando nacemos, nacemos en el no, pero el bautismo cambia
nuestra orientación hacia el Si a Dios. Un sí que se va configurando a lo largo
de la vida.
Sarah Losada Rodríguez |
Basta una sola vida para elaborar, con la gracia de Dios,
nuestra identidad definitiva con Cristo.
El tiempo de vivir es tiempo para cultivar la unión con el Señor, para obedecer
u obstaculizar las mociones del Espíritu Santo.
Al final se verá si hemos dicho
un Amen al Padre o un non serviam. Eso determina nuestro destino eterno.
El sí o el servían, te serviré, hay que darlo en lo pequeño de cada día, porque
dijo el Señor que quienes son fieles lo poco también serán fieles en lo mucho.
No hay que esperar grandes ocasiones que, o no se presentan o si se presentan , nos puede faltar el entrenamiento preciso par afrontarlas.
Estas reflexiones a raíz
de dos bautizos que hicimos en S. Cayetano el sábado. Un buen grupo de familiares, acompañaron el
acontecimiento.
Los niños han dicho Amen ( por medio de sus padres) a Dios y luego, cuando lleguen al uso de razón ya lo diran ellos mismos, consciente y responsablemente.
Thiago González Berdullas |
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