En una rotonda, cerca del aérea comercial de As Cancelas,
estaba colocada una pancarta en que se
decía que no se regalaran a los niños juguetes
sexistas.
Al menos es de alabar que es un grupo creativo el que puso esa pancarta, pues supieron buscar un
buen día, la víspera de Reyes, y un
lugar visible tanto para los transeúntes como para los coches.
Detrás de eso está
una idea que comparto que todos somos iguales, naturalmente iguales ante
la ley, iguales como personas y sus derechos. Ya lo decía Pablo , no hay judío ni gentil, esclavo ni libre..Somos todos igualmente libres y
responsables.
De hecho nacemos libres, no es una concesión.
Pero en otras cosas no somos iguales. Por ejemplo la
inteligencia o la belleza, la estatura etc. Son gracias a Dios, diversas. También
en cuanto al sexo, somos distintos y gracias a eso se cumple el mandato de Dios:
creced y multiplicaos.
La variedad no es un mal sino más bien una hermosura. Aceptarlo
es lo ecológico y
lo respetuoso con la naturaleza.Conocí a una señora mayor que decía que era fea, cosa difícil de aceptar, pero ella lo reconocía y afirmaba que si al arquitecto que la proyectó, a Dios, le gustó así, que eso era suficiente, estaba bien, para ella era correcto.
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