Tengo un amigo sacerdote que se preocupa de los presos y va periódicamente a una Cárcel de Galicia
en donde entra en contacto con ellos con los debidos permisos y papeleo.
En una de esas ocasiones,
dieron permiso a dos módulos para ir a
su celebración a escucharle y tal vez a rezar.
El día era frio y húmedo. El local de la reunión estaba
desangelado y los presos con cara de pocos amigos. Había algunos que tenía condena por asesinato, también
mujeres etc.
El sacerdote decidió no decir Misa, pero les puso al Señor en
la eucaristía sobre el altar y les animó a la fe y a la adoración. Luego
rezaron el rosario y varios pasaron a
hablar con el sacerdote o a confesarse.
Cuando llegó el momento, les dijo unas palabras y les dio la
bendición. Luego se fue a la sacristía. Mientras
se quitaba los ornamentos oyó como , motu
proprio, se pusieron a cantar con voz timbrada
y fuerte:
Demos gracias al
Señor
Demos gracias
Demos gracias por
su amor.
Por la mañana , las
aves cantan
Las alabanzas a
Cristo Salvador
Y tu mi hermano,
por qué no cantas
Las alabanzas a
Cristo Salvador.
Demos gracias…
Este sacerdote se emocionó pensando que a pesar de las tribulaciones
y situaciones negativas, aun quedan motivos para dar gracias a Dios. Siempre
hay motivos para esperar.
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