viernes, 20 de septiembre de 2019

José Antonio Sande Trillo. En la casa del Padre.



José Antonio falleció el  18 de septiembre de 2019 a los  54 años de edad. Estaba casado con Pilar Calo Mata.

A José Antonio lo conozco desde unos 10 años más o menos y, por deseo suyo, lo visité en su enfermedad en casa y en el hospital donde siempre me recibió con alegría y agradecimiento.

Cuando estaba en el hospital, ya con cuidados paliativos, fui a verlo y en la habitación estaba  su madre y una amiga de la madre. La madre me pareció más joven de lo que yo me había imaginado. Nada más llegar,  le dijo a su amiga:  Éste é o cura que os casou”.

Me llamó la atención que se recordara, pues creo que no nos vimos desde ese día,  hace unos seis años. En efecto, José Antonio y Pilar se casaron en S. Cayetano y concelebró en la boda D. Casimiro Torres el párroco de Muros que conocía mucho a José Antonio. La iglesia estaba muy bien arreglada y la comunidad del Camino hizo las moniciones y los cantos de inspiración bíblica que nos ayudaron a rezar y que fueron acompañados por las guitarras.

Cuando eran novios se llamaban por teléfono y  a veces rezaban el rosario a un lado y a otro del teléfono. Fue un invento de ellos, quizá inspirado por el Espíritu Santo.
Luego después de casados siguieron rezando el rosario,completas y las tres avemarías. A veces la corona de la misericordia y la oración a S.José. Todo eso les daba una gran paz.

El día de la boda en S.Cayetano.
José Antonio era ingeniero electrónico y sufrió bastante por no encontrar trabajo. Lo  buscó incansablemente, pero la gran dificultad que frenaba los contratos,  era su edad. Ya  pasaba de los 40 y las empresas quieren gente joven.

En los últimos días, cuando empeoró, estaba en las manos de Dios y de la Ss. Virgen a quienes quería entrañablemente. Comentaba que estaba tranquilo, pues si Dios le daba la salud sería para su bien y si permitía su muerte también era para su bien.  Me pareció una buenísima disposición, sobrenatural y confiada y a mí me sirvió para decirle y recomendarle a otras personas ese modo positivo de enfocar cualquiera de los acontecimientos de nuestra vida.

En el velatorio, la Comunidad del Camino en la que militaba, se acercó al tanatorio para hacer compañía a la familia y para rezar por él. Rezamos vísperas, abrimos el evangelio al  azar, un pequeño comentario y al final un canto a la Virgen como poniéndoselo en sus manos.

Algunos que estaban en otras salas preguntaron si éramos evangélicos, quizá por la Biblia y los salmos, pero la Biblia ha sido siempre de la Iglesia y además de la Biblia tenemos la acción de Dios en los sacramentos de salvación.

José Antonio recibió una gran ayuda a través del Camino neocatecumenal  que le llevo a tener una piedad intensa y apostólica. Era muy participativo, hacía ecos a la Palabra muchas veces y siempre se implicaba en la Palabra de Dios aplicándola a si mismo.

El funeral fue en Esteiro su tierra natal y fue una celebración alegre pues José Antonio iba a unas bodas, las bodas del Cordero que dice el libro del Apocalipsis, pues eso  también era un motivo de alegría que se manifestó en los cantos y en el ambiento pascual que rodeó la celebración.

Descanse en paz  e interceda por nosotros.
Víctor Sánchez
párroco de San Cayetano

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