Después de haber superado Jesús las tentaciones del Desierto por la fuerza de la Palabra, hoy se nos adoctrina sobre el camino hacia la Tierra Prometida. Incierto para Abrahán por la meta, pero cierto por su Fe, que le servirá como Bendición (Gn.12,1-4a).
Jesús hoy en su camino con sus discípulos
predilectos sabe la meta a donde los lleva y quiere
que no duden de que Él es el Hijo amado del Dios Padre (Mt.
17,1-9) a quien hay que escuchar siempre y seguir.
Pongo diversos subrayados para
que nos fijemos en los detalles del texto que tienen mucha
importancia para no caer en la superficialidad de su lectura, ya que es algo
que nos interesa personalmente, por lo que afecta a nuestra vocación
personal.
El Señor parece que descubre que los
apóstoles no tienen todavía una mentalidad Pascual, “seis
días después” de la Confesión y primado de san Pedro, con lo que esto significaría
cara al futuro de la Iglesia y de la doctrina sobre la Fe, los lleva al Monte
para que adquieran una mirada diferente sobre las cosas, la
historia y los acontecimientos. Moisés y Elías se les
aparecen; que también habían subido al monte en sus tiempos.
La Transfiguración no deja de ser
un Misterio.¿ En qué consistió?... Lo cierto es que nació, creció y
quiere que se afiance esta nueva familia que empieza ya entre ellos a ver las
cosas de un modo nuevo y positivo, pero con serias dificultades a superar todavía
¿De qué parte me pongo yo? ¿De los que
ven las cosas de Dios de un modo positivo y esperanzado, y emprendedor o de un
modo negativo y corto de miras y pesimista?.. Lo que quiere el Señor es que nos
lancemos decididos en su seguimiento, soñando con sus planes, con fe firme.
San Juan Pablo II, en un Discurso
en la audiencia general, 27-V-1987, dijo: “La voz que escuchan
los tres Apóstoles durante la Transfiguración en el monte, (identificado por la
tradición como el Tabor), confirma la convicción expresada por Simón Pedro en
las cercanías de Cesárea de Filipo (Mt.16,16). Confirma en cierto modo <desde
el exterior> lo que el Padre había ya <revelado desde
el interior>. Y el Padre, al confirmar ahora la revelación
interior sobre la filiación de Cristo (Éste es mi Hijo amado:
escuchadle), parece como si quisiera preparar a quienes ya han creído
en Él para los acontecimientos de la Pascua que se
acerca: para su muerte humillante en la Cruz.
Es significativo que mientas
bajaban del monte Jesús les ordenara: No deis a conocer a
nadie esta visión hasta que el Hijo del Hombre resucite de
entre los muertos (Mt 17,9).”La teofanía de la Transfiguración del
Señor se halla así relacionada con el conjunto del misterio pascual de
Cristo.
La Transfiguración es un misterio. Su
explicación, algo así como que con “la luz” que Dios les dio,
vieron el “mismo ser de Cristo” de otro modo distinto: Etimológicamente: “Ver
más allá” de las formas o “ir más allá” con mirada más penetrante o convincente.
Así lo entiendo yo. (Mt. 17, 2)., ya que no solo el rostro, sino
también “sus vestidos se volvieron blancos como la luz”.
Ver las cosas de otro modo.
Esto es lo importante. Para los Apóstoles, ante las dificultades ante el
Misterio Pascual inminente y en los comienzos de la Primitiva Iglesia; y para
nosotros en los tiempos actuales, en las diversas situaciones de la Iglesia y
de la labor de apostolado.
Para ver las cosas con la debida
luz nos hace falta Doctrina y Oración, llamada y
respuesta. Sin ellas, la persona humana se hace tibia, perezosa, opaca
por el pecado:
Ante esto te propongo cuidar la lectura del
santo Evangelio y de algún libro espiritual.
P.ej.: DIOS HABLA BAJITO, Claves para escuchar a Dios, de José B. Cabaniña
Magide, que a mi me está gustando.
Simón David Castro Uzal sdavidcuzal@gmail.com
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