La Catedral de Santiago
es un gran centro de espiritualidad a
donde acude mucha gente de todas las
partes del mundo que van a buscar algo, quizá la paz del alma, el encuentro con
Dios o una decisión de ser un poco mejor.
Vienen peregrinos de
todo el mundo. Muchos hacen el recorrido
a pie un mínimo de 100 kl., pero también hay quien hace el recorrido desde
lugares lejanos, invirtiendo en el recorrido
30 ó 40 días.
A veces hay quien le apetece venir solo. En los albergues se
encuentra con más peregrinos, pero luego
siguen muchas horas de soledad. Ese silencio en medio de la variada naturaleza les
da tiempo para pensar en sí mismos, en la vida, y es propicio para hablar con
Dios. Conocí a un peregrino que le pedía a Dios por sus hijos y le decía que
cada paso que daba, fuera una oración.
Otros vienen en grupo,
un colegio un club juvenil, o una parroquia. Generalmente no es
sólo andar y rezar y pensar. Traen consigo un capellán que les ayuda a hablar
con Dios y a escucharle, o les dice la Misa en alguna iglesia o incluso en
medio del monte.
El camino es una preparación del corazón y del alma para su
llegada a Santiago. Incluso de algún modo se identifican con el santo, se
siente enviados por Jesús al mundo entero, y deseando evangelizar
como lo hizo el Apóstol.
Hay parroquias del camino que ofrecen cenas o una Misa
temprana y otros medios de formación, según diversas iniciativas y
experiencias.
Hay párrocos que simplemente están en las iglesias y
disponibles para informa o confesar. Conocí a uno que a los que entraban en su iglesia les
enseñaba los retablos y les contaba la vida de los santos. Les ofrecía un libro
de firmas y, cuando se terciaba, les preguntaba sobre su experiencia del
camino, que compartían entre todos.
Ya cerca de Santiago hay alguna iglesia abierta todas las mañanas
con un voluntario que les sella la credencial, les informa y les lleva a la
Virgen por si quieren hacer por escrito alguna petición. Se depositan en una hucha y una vez leídas se archivan.
La entrada en la Catedral suele ser muy emotiva. Algunos se echan
a llorar, pues no pueden disimular su emoción y
allí son acogidos por los muros milenarios, testigos de tantos acontecimientos…
La catedral ofrece:
las misas del peregrino, celebraciones penitenciales, confesores, vigilias de oración por las tardes, sus capillas e
imágenes en especial el Pórtico de la Gloria, adoración ante el Sº Sacramento
expuesto solemnemente, el abrazo al Apóstol, la cripta con la urna con los
restos de Santiago, y el botafumeiro, etc. Hay también fechas especiales como por ejemplo el 21 de abril que es aniversario de la consagración de la Catedral (fue en 1211).
peregrinos en S.Cayetano |
Es un lugar de
oración como todas las iglesias y catedrales, pero en Santiago ves como a todas las horas hay gente en oración, tanto en las naves como en la capilla llamada de la comunión o del Santísimo.
Y esto es lo más importante, que la gente reza, se confiesa
y sale de allí bendecida y contenta..
Las misas son celebrados o concelebradas con gran solemnidad,
bien dirigidas y hacen recordar las solemnidades de San Pedro del Vaticano que vemos
por TV.
La piedad es fomentada por las novenas que se hacen en la
catedral. El cabildo organiza la novena del Apóstol, a la que suelen invitar a obispos de España y desde luego a
los de la diócesis. Esta novena es solemnizada con el coro de cantores, órgano
y botafumeiro. También hay procesión por las calles de Santiago el 25 de julio, día
del Santo.
La fiesta de Corpus es muy especial, también con procesión y
participación de las asociaciones religiosas. Suelen poner altavoces por las
calles y hay diversos altares en el recorrido.
El cabildo está abierto a otras novenas que organizan
diversos grupos o asociaciones, como por ejemplo, las pilaristas hacen la novena del Pilar, luego
se hace la novena de la Inmaculada en la que la población universitaria toma posesión
de la Catedral y es ocasión de
apostolado con la juventud, también está la novena de la Milagrosa o de Fátima
etc.
Un capítulo aparte lo merecen los confesores. Hubo
confesores que por su dedicación y don de consejo se hicieron famosos, como D. Benito
Espiño, D. Ramón Boo o D. Francisco
Reino Salaño. Este último en proceso de beatificación.
Ahora los confesores suelen ser párrocos jubilados con mucha experiencia, algún canónigo , sacerdotes del Opus Dei, así
como Jesuitas, franciscanos etc
Hay una buena iniciativa por parte de las conferencias episcopales de Francia,
Alemania e Italia y otras, que envían sus propios sacerdotes para que confiesen
a sus compatriotas.
A veces se acercan a la confesión
no católicos, quizá porque les parece una buena idea abrir
el corazón a alguien que le escucha y aconseja.
Conocí un sacerdote alemán que confesaba también en inglés e
italiano, que decía que el mejor regalo que había recibido en la ciudad de
Santiago y en Galicia, fue el poder confesar en la catedral.
Los confesores no
pueden decir nada , pero pueden decir que sí hay milagros.
Hay más cosas para contar, pero quedará para otra ocasión.
V. Sánchez
párroco de S.Cayetano
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