Sagrario |
Fui con unos amigos a la Esclavitud a rezar a la Virgen en
este mes de mayo, mes mariano. Alli tenía cita con el sacristán que amablemente dejó todo y nos atendió.
En el atrio encontramos un señor mayor que estaba rodeando la iglesia y entabló conversación con nosotros y empezó a contarnos, prolijamente, un favor que le había hecho laVirgen.
No es la primera vez que voy, pero, a pesar de
eso, encontré cosas nuevas en las que anteriormente
no me había fijado.
Por ejemplo los ángeles que rodean la gran corona del
retablo que cobija a la Virgen. Esos ángeles tienen todos unos escudos que
muestran al pueblo, en donde enseñan
símbolos de María.
Pero después de ver esto y de rezar, hicimos caso al sacristán
Manuel Paz, que nos abrió la sacristía para que viéramos los exvotos que hay en
una pared lateral desde hace siglos hasta nuestros días.
Nos dijo que los visitantes de este santuario no se cansan
de verlos y de sacarles fotos por todos
los lados.
Los exvotos son sencillos,
ingenuos, pero que muestran una fe que
se corta y un agradecimiento a la Virgen, gigante. Tienen una pintura de los protagonistas
del milagro y un texto en donde ponen sus nombres y narran someramente el hecho
milagroso. Están bien conservados y libres de humedades.
Realmente merecería un estudio detenido de todos y cada uno
de ellos, quizá una tesis. Abarcan varios siglos y
algunos son también actuales. Nos llevan a la confianza en la intercesión de María, nuestra Madre que es la omnipotencia suplicante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario