sábado, 20 de junio de 2020

La vieja barca



En uno de los muelles cercanos a Cambados pude ver con calma una vieja barca, que me hizo pensar. No es una barca presumida porque ya perdió los colores de la juventud, pero puede navegar y allí esta para lo que haga falta.

Está sola, tranquila, serena. Ya ha trabajado mucho para el amo y allí está entre lo que parece infinito y el muelle cercano. Tal vez esperando servir de nuevo en alguna  nueva aventura que la proponga el amo.

No se queja. Está en una aparente inutilidad, pero ella está disponible, pues puede llevar a su amo a otros lugares o incluso al ancho mar, a donde pueda ser útil. Ella se sabe querida por el amo, querida y mirada,  a veces desde lejos y otras está a su lado, cerca,  como acariciándola.

Le saqué una foto antes de que llegue el desguace. 

Estoy seguro que nos podría contar muchas historias, historias de éxitos y algún fracaso, pero todo sirve para darle carácter que tiene, su empaque de barca  experimentada  y útil.

Me idéntifico con esa barca y en ella veo a muchas personas conocidas y cercanas. al verla recuerdo unas palabras de Camino, Que tu vida sea  útil, deja poso, ilumina… La barca puede ser un buen símbolo de nuestra misión de servir, de darse a los demás con alegría, y de saberse queridos y mirados por el Amo.

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