Les gritó que se acercaran a unas rocas.

 

En un diario de Galicia salió la noticia de una hermosa acción de un joven de 18 años, llamado Alex Mielgo Rodrïguez (Fue esta semana pasada)

Ocurrió en una playa entre Cee y Muxia que se llama Lires, y se trata de un joven que disfrutaba, con su novia, un hermano de su novia y un amigo,  del día de calor jugando con las olas.

Lo cuenta muy bien el cronista del diario que  casi nos lo hace ver.

 

La jornada festiva se torció, y de qué manera.

«Hacíamos pie y había olas, no muy altas, que te invitaban a jugar con ellas. Los dos más pequeños querían salir del agua, pero nos dijeron que no eran capaces, como si la corriente los arrastrara mar adentro», relata Alex Mielgo. «Pensé que estaban de broma, pero tanto mi novia como yo empezamos a notar que teníamos muchas dificultades para ir hacia la orilla», añade. Estábamos atrapados por la corriente

Ahí empezaron a surgir los miedos y los nervios. «Nos metimos en una zona en la que dabas un paso y te cubría por el pecho y dabas otro y ya no hacías pie». Los cuatro empezaron a nadar desesperados hacia la arena. «Pero no avanzábamos, al contrario, el mar nos empujaba para fuera y lo peor es que nos cansábamos rápidamente recuerda Álex”.

Tuvieron la suerte de que estaba cerca un pescador deportivo que les gritó que se acercaran a unas rocas próximas. Así lo hizo Alex con cada uno de ellos.

El comentario de Alex fue ejemplar: Nunca vi la muerte tan cerca. Pensé que moríamos los cuatro allí ahogados y comentó, sin darse importancia,  que  era lo  que había quehacer ,  si hay un poco de humanidad.

De este realato se sacan varias enseñanzas:

1º es bueno oír la voz de quien sabe más (eso en la vida de un creyente y en cosas de fe se llama dirección espiritual)

2º. Ir a la roca. En la  arena no nos sujetamos bien. No  podemos hacer fuerza,  en cambio  en la roca estamos seguros. Para los creyentes cuando hay dificultades lo más seguro, lo que nos salva,  es la Roca que es Cristo. Apoyándonos en El, salimos del peligro.

3º.-dejarnos ayudar.  Que bien hicieron en dejarse ayudar del que era más fuerte. Si rechazaran esa ayuda tal vez habrían perecido.