Una joven catalana estuvo en la iglesia de S. Cayetano, haciendo
un alto en el camino. Venía caminando de
peregrina desde Ferrol, tal vez un poco cansada pero contenta.
Venía sola, sin ninguna compañía, eso me dijo, y metida en sus pensamientos y en la oración especialmente
de acción de gracias. Le comenté que había sido un poco atrevida al venir sola.
Cuando yo llegué a la iglesia parroquial la vi de rodillas,
con su mochila al lado junto al banco y
haciendo oración.
Al verme me preguntó por los iconos que hay en el presbiterio,
me pidió que se los explicara, cosa que hice con mucho gusto.
Los iconos son
verdaderas lecciones de catecismo. Uno era el de la parábola del buen
samaritano y otro el de la samaritana, mujer
conocida en el pueblo como pecadora,
de pie junto al pozo de Jacob y que está hablando con Jesús. Esto ya no es una parábola sino un precioso hecho de la vida de Jesús. Entre otras cosas le dije que le había preguntado a la autora del icono cual había sido su conversación con las figuras, cuando las pintaba, y me dijo que vio como una pecadora convirtió a un pueblo.
Después de las explicaciones, esta joven me dijo que ella había estado en el " pozo" y que Jesús
la había sacado, y que venía dando gracias, pues se encuentra feliz y libre.
Una gracia más de Dios, a través del camino de Santiago.
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