He bendecido muchos automóviles, pero camiones más bien pocos. Fui a bendecir éste, con mucha ilusión y alegría.
Me estaban esperando, cerca de Boisaca, padre e hijo y me llevaron al camión. Una gran camión, un camión enorme para transportar butano (bombonas) en Galicia y alrededores. Quedé impresionado pues era un camión nuevo y muy bien dotado.
Le di la bendición y luego eché abundante agua bendita y le saqué una foto. El dueño me dijo que echara agua sin miedo y aproveché para explicarle que usando esta bendición y el agua bendita se le cierra una puerta al diablo y por tanto se puede viajar con más seguridad.
Es sabido que conduciendo bien el camión y sirviendo a la gente, se puede hacer santo un camionero y un gran santo si hay mucho amor.
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