Tiene premio: al que venciere le daré un maná escondido (Ap. 2,17)
No admite chapuzas: no he hallado tus obras cumplidas delante de mi Dios.(Ap. 3,2)
Exige responsabilidad: tu redes unicuique juxta opera sua (ps. 61). Eh aquí que vengo presto y conmigo está mi recompensa, para pagar a cada uno según sus obras.( Ap. 22,12).
No tener ilusiones si no están fundadas en las obras: no os forjéis ilusiones diciéndoos: tenemos por padre a Abrahán. (Mt. 3,9).
Urgencia: hay que producir fruto a su tiempo. Mt. 21,41
ANTEPROYECTO
CERTAMEN DE PINTURA RELIGIOSA EN SAN CAYETANO
- FINALIDAD. La finalidad de este certamen de pintura religiosa es promover la intuición de los artistas para que descubran en el Evangelio o la Biblia aspectos recónditos e incluso fascinantes para el hombre de hoy. Por tanto el punto de inspiración sería cualquier aspecto de la Biblia que elija el interesado.
- PARTICIPANTES: Mayores de 16 años.
- CONDICIONES: las obras tendrán un tamaño de 70 cm. de largo por 50 de altura como mínimo y de máximo 1 metro por 1 metro. Deberán presentarse enmarcadas. Se admitirán todos los estilos y tendencias. Cada pintor no podrá presentar más de tres obras.
- PRESENTACIÓN: con la obra se presentará un escrito con nombre y apellidos del autor, DNI, dirección completa, teléfono y título de la obra y una pequeña explicación de la intención del autor.
- PLAZOS: las obras se presentarán en el mes de junio en la parroquia de San Cayetano y será expuestas del 15 de julio al 15 de agosto en la casa anexa de san Cayetano y en Salón de Guadalupe.
- PREMIOS: el primer premio será de 1000 € y el segundo de 300 € y el tercero de 200 €. el primer premio pasará a propiedad del sponsor y los dos siguientes a beneficio de la parroquia. Los demás se devolverán a sus autores del 16 al 30 de agosto en que pasarán a recogerlos. Las obras no retiradas en ese plazo pasarán a propiedad de la parroquia.
- JURADO: habrá un jurado de expertos en arte religioso cuyo fallo será inapelable.
INTENCIONES DEL PAPA
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Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo; para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con El, por la redención del mundo. Señor mío y Dios mío Jesucristo: Por el corazón Inmaculado de María me consagro a tu corazón, y me ofrezco contigo al Padre en tu santo sacrificio del altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino. Te pido en especial:
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2004 |
Intenciones Generales: (G)Intenciones Misionales: (M)
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(G) Para que todos los hombres se reconozcan miembros de una misma familia de Dios y cesen las guerras, injusticias y discriminaciones entre ellos. (M) A fin de que todas las Iglesias jóvenes de las misiones se empeñen en la formación de las personas que trabajan en la pastoral. | (G) Por cuantos en este tiempo pueden beneficiarse de un período de vacaciones, a fin de que el reposo los ayude a encontrar en Dios la armonía interior y a abrirse con amor a los hermanos. (M) A fin de que en las Iglesias jóvenes los fieles laicos sean más escuchados y valorizados en el trabajo de la Evangelización. | |||
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(G) Por la convivencia en paz entre cristianos, hebreos y musulmanes en Tierra Santa (M) Para que en Oceanía se atiendan especialmente las vocaciones sacerdotales y religiosas al servicio de la evangelización en las Iglesias particulares. | (G) Para que la Unión Europea saque constantemente nueva linfa del patrimonio cristiano que es parte esencial de su historia y cultura. (M) A fin de que crezcan la comunión y cooperación entre los Institutos que trabajan activamente en las Misiones. | |||
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(G) Para que, respetando las tierras, las culturas, las tradiciones y los derechos de los indígenas en todo el mundo, se instaure una verdadera armonía entre ellos y las sociedades donde viven. (M) A fin de que en África, valorizando la diversidad de carismas, crezca la colaboración entre los Institutos misioneros y las Iglesias locales. | (G) Para que los ancianos sean plenamente reconocidos como una riqueza para el crecimiento espiritual y humano de la sociedad. (M) A fin de que en África se desarrolle una verdadera y fraterna colaboración entre los que trabajan por el crecimiento y desarrollo de las comunidades eclesiales. | |||
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(G) Para que con un cuidado particular se promuevan la sólida preparación de los candidatos a las Sagradas Ordenes y la formación permanente de los ministros ya ordenados. (M) A fin de que en la comunidad cristiana la misionariedad "Ad Gentes" sea tema de reflexión y motivo de constante empeño de la pastoral ordinaria. | (G) Para que, firmes en su fe, los cristianos se abran al diálogo con quienes pertenecen a otras tradiciones religiosas. (M) A fin de que en el Continente latinoamericano aumente la presencia cualificada de los católicos en la vida nacional y en los medios de comunicación social. | |||
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(G) que la familia, fundada en el matrimonio de un hombre y una mujer, sea reconocida como célula fundamental de la sociedad humana. (M) A fin de que, mediante la maternal intercesión de María Santísima, los católicos consideren la Eucaristía como corazón y alma de la actividad misionera. | (G) Para que los hombres y mujeres cristianos, conscientes de la propia vocación en la Iglesia, respondan con generosidad a la llamada de Dios y caminen hacia la santidad en los ambientes donde viven. (M) Para que los hombres y mujeres cristianos, conscientes de la propia vocación en la Iglesia, respondan con generosidad a la llamada de Dios y caminen hacia la santidad en los ambientes donde viven. | |||
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(G) Para que todos los cristianos sean cada vez más conscientes de la responsabilidad personal y comunitaria de testimoniar el amor de Dios a la humanidad y a cada una de las personas. (M) A fin de que en los países de Asia, la libertad religiosa, derecho fundamental del hombre, encuentre cada vez mayor respeto. | (G) Para que los niños sean considerados como dones preciosos de Dios a quienes se debe respeto, comprensión y amor. (M) A fin de que la encarnación de Jesucristo sea el modelo de todo auténtico esfuerzo de enculturación del Evangelio. |
PEREGRINACIÓN DE ENFERMOS A COMPOSTELA
El día 11 de febrero, coincidiendo con la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, está programada en la Catedral de Santiago una peregrinación de enfermos que presidirá el Sr. Arzobispo, Mons. Julián Barrio, y en la que administrará el sacramento de la Unción de Enfermos a aquellos que lo soliciten.
El programa es el siguiente:
tarde concentración en san Pelayo: 4 tarde | |
salida hacia la Puerta Santa: 4,30 | |
Eucaristía: 5 | |
* bendición individual de los enfermos con el Santísimo |
También habrá otra peregrinación el día 24 de octubre a las 17 horas.
REPRODUCCIÓN ASISTIDA
Noticia. En el Correo Gallego se da la noticia que un 15 % de los matrimonios estériles piden la procreación artificial. El Juan Canalejo y el Xeral Cies realizaron más de 1200 inseminaciones en 2003. (Correo Gallego 12-I-2004)
Para una mejor información os ofrecemos este artículo aunque en internet (p.e. en encuentra.com) hay mucha información.
Procreación artificial ¿Porqué la Iglesia se opone? ¿No ayudaría a las parejas estériles? Conoce más a fondo los problemas que implica la procreación artificial. |
Mariano G. Morelli |
La Iglesia defiende el derecho de los padres a la procreación, pero postula también que el fin no justifica los medios; que no basta una intención legítima para que el acto sea bueno. No se puede recurrir a cualquier medio, para obtener una procreación o satisfacer un interés de los padres. El matrimonio tiene derecho a realizar los actos que naturalmente llevan al embarazo, los esposos tienen derecho al "débito conyugal", pero no tienen "derecho al hijo", como si éste fuera una cosa, o como si se pudiera utilizar cualquier medio para tenerlo.
La procreación médicamente asistida (con asistencia de un médico) puede de hecho realizarse con sustitución del acto sexual (procreación artificial) o sin sustitución del acto sexual (tratamientos tradicionales para curar la infertilidad) como origen del nuevo ser. La procreación artificial puede realizarse por el médico introduciendo semen en la vagina de la mujer (intrauterina, inseminación artificial, técnica de baja complejidad que manipula gametos); o uniendo el óvulo con los espermatozoides en un tubo de ensayo (extrauterina o fecundación in vitro, técnica de alta complejidad que manipula embriones). En los casos de procreación artificial, el embarazo proviene no del acto sexual de los padres sino de la intervención del médico, por lo que son contrarios a la ley moral al disociar la reproducción del acto sexual; privando al embrión de su derecho a ser concebido dignamente en el vientre de su madre, como fruto de un acto de amor y entrega de sus padres. Es indigno del hombre ser concebido en una probeta.
Esto sin contar el grave riesgo para la vida de los embriones que implican los procedimientos de procreación extrauterina. Aunque no se congelen ni seleccionen embriones, en los mejores laboratorios del mundo la fecundación in vitro alcanza su mayor porcentaje de éxito (24%) transfiriendo cuatro embriones al seno materno; es decir, que cada embrión tiene un 6% de posibilidades de sobrevivir; lo que significa que cada 6 niños nacidos in vitro, mueren 94. A lo que debemos agregar los atentados a la dignidad y derechos a la vida, integridad e identidad del embrión, en los procedimientos en los que se admite el congelamiento de embriones (donde la mortandad es mayor), la donación de semen u óvulos para procrear (donde el semen o el óvulo no proviene de su madre sino de un tercero anónimo, por lo que el hijo no va a conocer nunca a su padre), la cesión de vientres (se usa el vientre de otra persona para el embarazo), el desecho y/o selección de embriones, etc.
La experimentación realizada en bovinos demostró que, en promedio, los que provenían de estos procedimientos vivían menos, eran menos fértiles, y su leche era de peor calidad, es decir, la fecundación in vitro producía animales de baja calidad. Experiencias de congelamiento de embriones de ratones revela que puede tener efectos negativos a largo plazo; por lo que algunos científicos han sugerido un uso más limitado de estas técnicas en seres humanos hasta que se tengan datos ciertos (Cfr. Peter Marler, Universidad de California, Proc. Natl. Acad. Sci. USA, Vol. 92, pp. 589-593, enero de 1995, Biología evolutiva). La mortalidad de embriones humanos nacidos luego de fecundación in vitro es un 50% mayor que los concebidos naturalmente, en los que el tiempo perinatal es muy riesgoso y aumenta ligeramente la tasa de malformaciones. Recordemos que recientemente, en 1978, se produjo la primera fecundación in vitro exitosa de un ser humano ¿Qué va pasará con estas personas, y su descendencia, dentro de 50 años?
Los defensores de la fecundación artificial suelen argumentar que la procreación artificial y la fecundación in vitro son legítimas porque: 1) no dañan a nadie; 2) son una forma de ayudar a la naturaleza superando un defecto de ella (como con un corazón artificial); 3) es seguro que el embrión preferiría ser concebido in vitro a no existir.
A lo cual respondemos: 1) que causan daño a los embriones (v. supra), a la sociedad, por difundir comportamientos inmorales, y que además hay cosas que son moralmente ilegítimas aunque no dañen a otros (vgr. la gula); 2) que no se ayuda a la naturaleza sino que se la sustituye, sin ser necesario para la salud de nadie (a diferencia del corazón artificial), que además contraviene la ley natural (que no debemos confundir con la naturaleza biológica) por disociar la procreación del acto sexual; y por último, que no toda "ayuda" a la naturaleza biológica es moralmente aceptable (vgr. de otro modo la eutanasia de moribundos, o el homicidio, serían también "ayudar" a la naturaleza a "matar" a una persona que va a morir tarde o temprano); y 3) que una persona que no existe aún no puede preferir existir o no; y además, que el consentimiento o no de la víctima de un acto intrínsecamente inmoral no le quita la inmoralidad (vgr. por más que el muerto haya aceptado que yo lo mate, seguirá siendo un homicidio). El fin no justifica los medios.
Añaden los defensores de la procreación artificial que también fallecen embriones en la reproducción natural por abortos espontáneos. Pero omiten decir que en ésta las muertes no son algo deseado, ni previsto, ni causado por el hombre, como ocurre, por lo menos indirectamente, en la artificial (siempre se transfieren varios embriones, esperando que al menos uno se anide; y rogando que no lo hagan todos, dando lugar a un embarazo múltiple). El número de embriones que se pierden en embarazos naturales es muy inferior a las muertes en la procreación artificial (en promedio, no más del 46%; frente al 94%) y podría deberse a anomalías cromosómicas; incluso los perdidos podrían no ser embriones humanos realmente sino fecundaciones defectuosas (Cfr. Willke, Jack y Bárbara, Aborto, Preguntas y Respuestas, cit., pág. 44). Además, ¿quien me autoriza a hacer todo lo que hace la naturaleza? En los terremotos muere mucha gente; y eso no me faculta a mi para poner en riesgo de muerte una población. Otros argumentan que no se es persona hasta la anidación en el útero o los 14 días; con lo que no se matarían personas. Ya hemos respondido a este argumento al referirnos al aborto (v. preg. nº 32).
No se trata de discriminar (injustamente) a las parejas estériles, porque la procreación asistida es inmoral así la realice una pareja estéril o fértil; no hay en este sentido tratamiento desigual. Y si la pareja estéril no puede concebir, es por una deficiencia orgánica que no puede ser superada con medios inmorales.
Al respecto ver la Instrucción Donum Vitae, de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, y EV nº 14. Puede verse también Basso, Domingo y otros, Problemas éticos que plantean las técnicas que actúan sobre la reproducción humana, (Bs.As., 1995), Ediciones San Pablo.
"También las distintas técnicas de reproducción artificial, que parecerían puestas al servicio de la vida y que son practicadas no pocas veces con esta intención, en realidad dan pie a nuevos atentados contra la vida. Más allá del hecho de que son moralmente inaceptables desde el momento que separan la procreación del contexto integralmente humano del acto conyugal, estas técnicas registran altos porcentajes de fracaso" (EV nº 14)
DIVORCIOS
Cada cuatro minutos se rompe un matrimonio en España
Un comentario a esta estadística , que verás a continuación, lo puedes encontrar en esta misma página Web en la hoja parroquial de diciembre 2003, nº348, en "descargas".
Fecha publicación: 2004-01-16
Informe del Instituto de Política Familiar
Informe del Instituto de Política Familiar
MADRID, viernes, 16 enero 200- España envejece. Ésta fue una de las conclusiones que expusieron este jueves los responsables del Instituto de Política Familiar (IPF), durante la presentación del informe sobre la evolución de la familia en España, que repasa los cambios experimentados por la institución familiar en los últimos 20 años.
Según el informe, España ha sufrido una disminución drástica de la natalidad, de casi un 30 por ciento desde 1980. En 1982, la población española aumentó en 229.000 personas, frente a las 43.469 del año 2002. Para el IPF, esta recuperación «es ficticia», ya que, si a esa cifra se le resta la natalidad de madres inmigrantes en nuestro país, «el crecimiento natural queda prácticamente nulo, con 6.500 personas».
La alta tasa de natalidad de las madres extranjeras ha permitido que la población española no envejezca más rápidamente. En siete años, han nacido 160.894 niños de inmigrantes, y el número total de extranjeros asciende ya a 1,6 millones, el 4 por ciento de la población.
La natalidad de madres españolas, sin embargo, no ha cesado de caer. En dos décadas, según denuncia el informe, «se han perdido casi cuatro millones de niños menores de 14 años, lo que representa una reducción de casi el 40 por ciento». Sin embargo, en ese mismo período de tiempo, la población mayor de 65 años ha aumentado en casi 3 millones de personas, lo que supone un incremento del 64 por ciento.
España es, desde 1986, el país europeo con la tasa más baja de natalidad, con un 1,26 por ciento, «muy por debajo del nivel de reemplazo generacional (2,1 hijos por mujer)».
Según Eduardo Hertfelder, presidente del IPF, las causas de esta bajada en la natalidad están en «dificultades económicas, en el aborto y en el empleo de métodos anticonceptivos, que usan el 70 por ciento de las españolas». Hertfelder aseguró que el 15 por ciento de los embarazos actuales termina en aborto, y que en 2001 se produjeron 69.857 (uno cada 7,5 minutos).
Respecto a las familias, el presidente del IPF explicó que se contraen 200.000 matrimonios al año, «en números absolutos, igual que hace 20 años, pero la población ha aumentado». Actualmente, 1 de cada 4 uniones es civil, y 1 de cada 5 hijos nace fuera del matrimonio. Hertfelder lamentó que «cada 4,6 minutos se rompe un matrimonio en España», y que desde 1981, cuando se aprobó la ley del divordio, se han producido 600.000 rupturas matrimoniales.
Por eso, el IPF ha pedido al Gobierno español que, a ejemplo de Alemania, Francia, Noruega, Eslovaquia y otros países europeos, se cree un Ministerio de la Familia y que se aumenten las ayudas a la misma. Según Hertfelder, «en España, necesitas tener 11 hijos y ganar menos de 1.500.000 pesetas al año para tener las mismas ayudas del Gobierno que las que tienen en Alemania con 2 hijos y sin límite de ingresos».
¿Santiago matamoros?
Por José Fernández Lago
Por José Fernández Lago
Hace algunos años, en una de las temporadas en las que el Gijón militaba en la división de oro del fútbol nacional, se le llegó a llamar matagigantes, debido a la facilidad y holgura con que derrotaba a los equipos más poderosos. Cierto que no le sucedía otro tanto con los menos fuertes, frente a los cuales no le resultaba nada fácil vencer.
También el Pontevedra, que ahora milita en divisiones inferiores, ha tenido su temporada. La gente de mediana edad recuerda aquellos tiempos en que los aficionados al fútbol jocosamente se intercambiaban mensajes, con un denominador común: ¡hay que roelo! Fueron tiempos de gloria, que esperamos se repitan a favor del equipo de la ciudad del Lérez.
Que yo sepa, ni los jugadores del Gijón, ni su entrenador, ni el presidente, mataron a ningún gigante. Tampoco la condición del equipo del Pontevedra era tal que fuera como un hueso que comer, después de pasar muchas dificultades para desmenuzarlo.
El Apóstol Santiago, antes que apóstol fue pescador; llegado el momento oportuno, se convirtió en discípulo de Jesús; y después de la resurrección de Cristo se convirtió en apóstol, vocablo que significa enviado. El cometido del apóstol Santiago era anunciar a las gentes la Buena Nueva de la salvación que Cristo había venido a traer al mundo. Ésa era la misión que le había encargado Jesús.
Según tradiciones antiguas, previas a la peregrinación a Santiago, el Apóstol vino a Galicia a anunciarnos la fe en Cristo, de modo que evangelizó una buena parte de la nación española. Ésta lo consideró su patrono, satisfecha de su servicio a las gentes del territorio español y de contar con sus restos en Compostela, la ciudad del noroeste de España que lleva su nombre.
Peregrinación
El contar con la tumba del Apóstol cerca del Finisterrae ha llevado a muchas personas a venir en peregrinación hasta el lugar de su sepultura: tanto que Dante Alighieri llama en sentido estricto peregrino al que viene a Santiago o vuelve de Santiago. Teniendo en cuenta las numerosas peregrinaciones, se ha llegado a representar a Santiago como un peregrino más, y también con su libro de evangelizador.
Pero la historia va siempre hacia delante. En el siglo IX, en momentos en los que la cristiandad se hallaba en peligro por la invasión de otros pueblos, las gentes de la Península ibérica invocan a su patrono, pidiéndole ayuda. Por Dios y por Santiago, y contando con la ayuda de Dios y de Santiago, se defienden los cristianos contra los invasores de entonces. Vencen en Clavijo y, del mismo que los judíos habían plasmado en la Biblia la expresión El Señor es un guerrero, que luchaba con ellos, también ellos llegaron a ver a Santiago fortaleciendo su lucha y llevándoles a la victoria.
A partir de ahí, se empieza a representar a Santiago como caballero, o lo que es lo mismo, se esculpen y pintan representaciones ecuestres de Santiago. De un modo más familiar, y teniendo en cuenta que en aquella ocasión los enemigos eran de etnia árabe, se ha dado en llamarle matamoros. Pero Santiago no ha matado a nadie, sino que sufrió la muerte por dar testimonio de su fe; y sigue dando testimonio de su fe para cuantos creen en él y en Jesús, que le llamó a ser su discípulo y su apóstol.
BEATA GIANNA BERETTA MOLLA (1922-1962)
AMA DE CASA, ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE
Una mujer en apariencia común y corriente, que defendió de manera heróica la vida de su hijo.
Por Pbro. Dr. Rafael Arce Gargollo
Ama de casa, entre la vida y la muerte
Hay decenas de santas y santos del calendario a quienes se invoca como patronos de ciudades, pueblos, profesiones, artes u oficios. Es la piedad popular, la fe de los cristianos que naturalmente reza a sus amigos los santos para las necesidades más diversas. Invocan a Santa Cecilia los músicos, a San Antonio imploran las casaderas -y sus mamás- para conseguir pronto un novio. San Bernardino es igualmente santo patrón en una famosa ciudad italiana, como en Xochimilco, Distrito Federal.
A esta mujer moderna, de cuarenta años, yo la propondría para patrona universal de las amas de casa. La Iglesia ya ha confirmado su santidad, porque practicó todas las virtudes cristianas. Pero una de sus mejores cualidades -que no figura en el Decreto de su beatificación- es que no tiene cara de santa. Cosa no fácil. Basta ver su foto. Es un rostro que podemos encontrar en una de las millones de credenciales para votar con fotografía o licencias de manejar. Su cara se podría ver hoy lo mismo en un vagón del metro, que haciendo cola para entrar al cine, o en un parque público. No parece santa y lo es. No pensó que llegaría a ser modelo de nada, pero el 24 de abril de 1994, Juan Pablo II la ha añadido al catálogo de las mujeres que han vivido heroicamente, precisamente dentro del Año de la Familia.
Papá, mamá y los cuatro hijos
Aquél día fue uno de esos domingos soleados de la primavera romana. En la Plaza de San Pedro, el Papa ha pronunciado estas solemnes palabras ante una inmensa multitud y el mundo entero: Nos, después de haber escuchado el parecer de la Congregación de las Causas de los Santos, con nuestra autoridad apostólica concedemos que la venerable Sierva de Dios Gianna Beretta Molla, de ahora en adelante pueda ser llamada Beata y se pueda celebrar su fiesta todos los años en los lugares y del modo establecido por el Derecho.... En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. El coro de la capilla Sixtina y toda la asamblea subrayan estas palabras con un triple Amén cantado con gran solemnidad y comienza un larguísimo aplauso. Entre tanto, en la fachada de la Basílica se descubre el tapiz con la figura de Gianna Beretta. Entre los miles de peregrinos y en un lugar privilegiado están Pietro Molla, su marido -director de una empresa industrial en Milán- y sus hijos, que aplauden más fuerte aún: Pierluigi, Maria Zita, Laura Enrica y la más pequeña, Giannina, que tiene mucho que ver en toda esta historia.
Es la primera vez en este siglo que un Papa eleva a los altares a una madre de familia que ha ido semanalmente al mercado, conducido su propio automóvil para llevar a los niños al colegio o al dentista; que ha firmado cheques para gastos familiares y que ha visto televisión, además de trabajar fuera de casa, con los apuros normales de una familia de clase media. Es una mujer metida de lleno en los mil avatares e incidencias de cualquier familia: hacer treinta y seis cosas por la mañana y veintinueve por la tarde, incluido que los niños hagan la tarea, se bañen, cenen y se acuesten. Aunque adora a sus hijos, de vez en cuando les pega un grito..., porque, a veces, son inaguantables y le colman la paciencia. Más tarde, ha de esperar a su esposo y comentar, en la sobremesa de la cena, los sucesos del día y otras preocupaciones. A veces está agotada, le duele la cabeza, pero es feliz. Años más tarde, Gianna logrará la conversión de Pietro. Está más enamorada de él que cuando eran novios. En aquella casa cada día pasa más o menos lo mismo, pero con amor distinto. Sin saberlo siquiera, Gianna va que vuela a la santidad, a esa meta que está más al alcance de lo que solemos imaginar. Es que la santidad es para todos, también para cualquier ama de casa.
Gianna se supo siempre llamada por Dios a la vocación de madre de familia. Su esposo recuerda que al poco tiempo de hacerse novios, ella le escribía en una carta: querría hacerte feliz y ser la que tú deseas: buena, comprensiva y preparada para los sacrificios que la vida nos pida. Quiero formar una familia verdaderamente cristiana. Pasados los años, Pietro declarará: Durante los seis años y medio de matrimonio, lo que más me impresionó fue que era muy trabajadora, y el sagrado respeto que tenía por la vida, don maravilloso de Dios, su confianza plena en Dios. Me impresionaba su gran alegría cuando nacían los hijos.
Pero no todo fue rutina o estar encerradita en casa. Esta madre de familia también vive en las entrañas del mundo que le rodea. Antes de casarse en 1955, hace estudios de Medicina en Milán y Pavía, y se especializa en Pediatría. Es fuerte y equilibrada. Por si fuera poco, saca tiempo para otras ocupaciones y aficiones: le gusta la montaña y es esquiadora experimentada. Tiene muchos intereses culturales, ama sobre todo la música, toca el piano, de vez en cuando pinta algunos cuadros y asiste al teatro. Y como es muy organizada, otros ratos de la semana se le van en conferencias para jóvenes y obras sociales en favor de ancianos. Tiene vida espiritual intensa, pero sin rarezas, donde hay trato con Dios, normas diarias de piedad, sencillas y discretas, que se entrelazan en el propio quehacer. Quiero temer al pecado mortal -dirá alguna vez- como si fuese una serpiente; mil veces morir antes que ofender al Señor. Algo hay en ella que se nota a leguas: una personalidad sencilla y atractiva, un rostro siempre sonriente y una extraordinaria naturalidad.
Un cementerio para 50 millones de niños
Al tercer mes del cuarto embarazo, un fibroma en el útero amenaza la vida de su hijo. Como médico, Gianna sabe muy bien de qué se trata: deberá internarse en el hospital y someterse a una seria operación quirúrgica para extraerle el tumor. Como solución rápida y segura del problema los médicos aconsejan el aborto, pero Gianna insiste: -No lo permitiré jamás. No se preocupe por mí, basta que vaya bien el niño... Es valiente. Es que a veces no hay más remedio que ir contracorriente, cuando la mentalidad comodona y materialista de la sociedad en que vivimos, se vuelve "experta" en soluciones fáciles (o egoístas) para resolver los problemas de la vida matrimonial. Sin dudarlo, hoy en día, muchas voces (marido, hermanos, parientes, amigas) también hubieran persuadido a Gianna con amenazas o ironías:
No te hagas la mártir.... No está el tiempo para heroísmos cuando ya la vida tiene sus propias penas... Mira: te lo digo como amiga y con la experiencia y gran cariño que te tengo desde hace tantos años... En estos casos lo mejor y más práctico es abortar o esterilizarse cuando vengan las primeras complicaciones de la maternidad...
Pero Gianna sabe bien que, si peligra la vida de la madre, no es lícito moralmente practicar el aborto, como si se tratara de elegir: o la vida de ella o la del niño. En esos casos no hay que intentar directamente la muerte de nadie sino poner todos los medios para salvar a los dos, aunque luego por circunstancias ajenas a la voluntad muera uno o ambos. ¿Por qué? Porque cada vida humana, individual, cada ser humano desde el seno de su madre tiene el derecho inalienable de existir: nadie puede decidir por otro, que está por nacer, si ha de vivir o no.... Por lo menos habría que preguntarle antes al niño, por el aparato de ultrasonido si esto fuera posible, si está de acuerdo en desaparecer de este mundo....
Quien negare la defensa de la persona humana más inocente y débil, a la persona humana ya concebida aunque todavía no nacida cometería una gravísima violación al orden moral. Nunca se puede legitimar la muerte de un inocente. Se minaría el mismo fundamento de la sociedad. ¿Qué sentido tendría hablar de la dignidad del hombre, de sus derechos fundamentales, si no se protege a un inocente, o se llega incluso a facilitar los medios o servicios, privados o públicos, para destruir vidas humanas indefensas
No es exagerada esta denuncia si se miran los números escalofriantes de abortos que se cometen cada año: se calcula que un total de 50 millones en el mundo entero. Se ha dicho muchas veces, con razón, que vivimos en una civilización de la muerte, de verdugos, porque los seres humanos damos continuamente muerte a nuestros propios hijos. Este siglo XX ha estado marcado mas que ningún otro por el signo de la muerte de vidas humanas: nunca hubo tantos millones caídos en las guerras, o las víctimas del terrorismo, de la violencia en todas sus formas. Pero sobre todo del gran exterminio de los que no nacen por el aborto y la mentalidad anti-vida que promueve la eutanasia, por la que se quita la existencia a enfermos incurables declarados "inútiles" a la sociedad.
A este cementerio de víctimas de la crueldad humana de nuestro siglo, se agrega otro gran cementerio: el de los no nacidos. Cementerio de los indefensos, cuyos rostros ni siquiera sus propias madres conocieron, aceptando o cediendo a presiones para que se les quitara la vida antes de nacer. Pese a ello, ya tenían la vida, ya estaban concebidos y se desarrollaban bajo el corazón de sus madres, sin presentir el peligro mortal. Y, cuando esta amenaza fue un hecho, estos seres humanos indefensos intentaron defenderse. La cámara de cine ha filmado esta defensa desesperada de un niño no nacido que siente la agresión en el seno de la madre. (Una vez vi un documental de este tipo; hasta el día de hoy no puedo liberarme de su recuerdo; no puedo liberarme). Es difícil imaginar ese drama horrendo en su elocuencia moral y humana
¿Qué hacer con los hijos no deseados?
Gianna Beretta se sometió el 6 de septiembre de 1961 a la operación para extraerle el tumor. Llena de confianza en Dios prosiguió su embarazo. Los siete meses siguientes estuvieron llenos de molestias y riesgos. El Sábado Santo, 21 de abril de 1962 dio a luz a su hija Giannina. Una semana después, el 28 de abril, edad murió a consecuencia de las complicaciones. Se convirtió, por llamarle de algún modo, en mártir del amor materno.
No era insensible ni fanática. Pedía a Dios por la salvación suya y de su hijo. Sufrió mucho ante este grave dilema. Amaba profundamente la vida de ambos, pero se hacía este razonamiento que sólo entiende una madre embarazada con varios hijos: el hijo que tengo en el vientre tiene los mismos derechos a vivir que mis demás hijos, o incluso más porque este sí que tiene una absoluta necesidad de su madre. Si yo me muero por continuar con mi embarazo no soy injusta con ellos ni con mi esposo. Es tan grave la obligación de dar a luz a este hijo como la de cuidar de mi familia. Pero en el caso de morir por salvarlo, podré confiar por completo su educación a mis parientes o a otras personas. Lo pensó bien, pidió consejo y concluyó con lógica. Pero no con lógica matemática o comodona, sino "materna". Dios no me pide nunca imposibles, pero eso no significa que yo no deba afrontar mis propios deberes, también cuando cuestan o en circunstancias difíciles o límites. Dios no puede contradecirse: El mismo que ha dicho "No matarás" es el que me manda respetar la vida que me ha confiado y está por nacer.
La misma lógica de madre hace ver que todo niño que es concebido ya es un don. Con frecuencia puede ser muy difícil de aceptar (dificultades de salud, económicas, etc.), pero siempre es un regalo inestimable. Un nuevo hijo nunca es un intruso, un agresor, sino un ser indefenso que espera ser acogido y ayudado. Ya es una persona humana (aunque sea pequeñita de tamaño) y, por tanto, tiene derecho a que sus padres no le priven del don de la vida -el primero y más fundamental de todos los derechos, y sin el cual no tiene sentido defender los demás-, aunque eso exija un sacrificio, y a veces grande o heroico.
Pero, -se oyen reclamos de este tipo-: ¿Por qué la Iglesia Católica es tan exigente y no nos comprende? ¿Qué no advierte que miles o millones de mujeres llevan en su seno nuevas vidas sin su consentimiento? Como si las mujeres que abortan lo hicieran por sanguinarias o malvadas. Entonces, ¿qué hacer con tantas mujeres que viven sumidas en la pobreza más absoluta, o que han sufrido una infame agresión o son víctimas del egoísmo de los varones, y por eso van a ser madres? ¿Tampoco en esos casos es lícito privar de la vida a esas criaturas? Es éste un problema muy doloroso y complejo, de gran repercusión social, pero al que no se le puede dar una y única solución: o el aborto o nada. Lo que hay que hacer es ser de verdad solidarios con las mujeres (muestra de un auténtico feminismo, que será doblemente mayor si la que está por nacer.... es niña). Si la futura madre sufre ya tremendamente por todo lo que le está ocurriendo, y no podrá cuidar de la criatura, no por eso merece que se le dé muerte al niño. Lo que hay que hacer es salir en ayuda de esas pobres madres embarazadas y liberarlas de sus miedos, y de las amenazas de esa sociedad de verdugos. Ayudarle a que dé a luz a su hijo y, si ella lo desea libremente, que lo entregue, por ejemplo en adopción o cuiden de él otras personas cercanas a su familia o promover más instituciones -las hay- que presten estas urgentes ayudas. ¡Cuántos matrimonios hay, que no han tenido descendencia, que se mueren de ganas por adoptar un hijo! Decía una vez, a gritos, la célebre Madre Teresa de Calcuta, en un discurso a miles de mujeres:-¡Si no quieren a sus hijos, no los maten. Dénmelos y yo los cuido!
Pasaron dieciséis años desde la muerte de Gianna, cuando el entonces Arzobispo de Milán y los 16 obispos de la conferencia de Obispos de Lombardía, pidieron la introducción del proceso de beatificación de esta mujer que fue declarada "ejemplo de gran actualidad en este mundo nuestro, donde el derecho a la vida se desconoce y se niega". Nos regala en vísperas del tercer milenio una lección muy actual de respetar el derecho a nacer.
El amor disipa todos los miedos
Gianna Beretta Molla es una señal del tiempo presente, una invitación a defender la vida, a respetarla y hasta entregarla según las palabras de Cristo: Nadie tiene amor más grande que el que da su vida por sus amigos (Juan 15, 13). En la ceremonia de su beatificación, Juan Pablo II decía que en esta gran mujer quería rendir homenaje a todas las madres valientes, que sufren al dar a luz a sus hijos y luego están dispuestas a soportar cualquier esfuerzo, afrontar cualquier sacrificio, para transmitirles lo mejor de sí mismas. La maternidad puede ser fuente de gozo, pero también puede llegar a ser manantial de sufrimientos y, a veces, de grandes desilusiones. En este caso, el amor se convierte en una prueba, a menudo heroica, que cuesta mucho al corazón de una madre. Hoy queremos venerar no sólo a esta mujer excepcional, sino también a las que no escatiman esfuerzo para educar a sus hijos.
AÑO DE LA EUCARISTIA
Pequeño devocionario para los fieles
ALGUNOS TEXTOS EUCARÍSTICOS
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