Pues bien, hoy nos encontramos de nuevo en la calle, pero venía a verme y después de decirme que todo seguía igual, yo le manifesté que él que había llamado a tantas puertas, tenía una puerta a la que no había llamado.
Me quedé parado mirándole y le vi un poco desconcertado. Me parece intuir que a su imaginación vendrían muchas posibles puertas y que pensaría que las había recorrido todas, que ya no le quedaban...
Luego seguí y le dije: esa puerta está arriba, es la puerta del Cielo. Ahí tienes que llamar, incluso golpear, con la oración, con una buena conversión a Dios viviendo como un buen hijo...
Me contestó que no era digno de poder pedir, que él no era nadie importante, que ya le daba gracias a Dios por el día que comenzaba y que podía disfrutarlo...
Luego le dije aquello de "Buscad el Reino de Dios"..., y de que Dios era su padre y, un hijo, puede llamar siempre a sus puertas, que es un Padre que nos quiere tanto que no se cansa de escucharnos... y así otras cosas. Le vi de nuevo reconfortado, salió de mis despacho andando con más salero y con ganas de llamar a esa puerta que le queda todavía y que es de este Amo tan poderoso.
Espero que más adelante pueda añadir a estos dos capítulos un tercero en que se confirme la experiencia de muchos: Si invocas a Dios, Dios ayuda y multiplica nuestros bienes y no nos abandona.
Pinos de Castel Romano
El que cuida a los árboles y los hace tan hermosos ¿no va cuidar a su criatura preferida?
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