Hoy me visitó una religiosa que hace un año recibió en la parroquia la Unción de los enfermos. Es una Religiosa de María Inmaculada para el servicio doméstico.
Estaba muy agradecida y me trajo de regalo un purificador para la Misa que hizo ella misma hace tiempo y que pude estrenar el día de la Inmaculada.
Fue como una ofrenda a María de aquellas horas de trabajo y del amor que puso esa religiosa al hacerlo.
La conversación fue muy interesante. Salió incluso su vocación que fue siendo muy joven. En aquel momento le pareció que había que darle la juventud a Dios y así lo hizo.
También me habló de la Santa Unción que le dio paz interior y fuerza para vivir durante un año siendo muy de Dios. También quiso saber si podía recibirla cada año y yo le dije lo que afirma el catecismo que la podría recibir de nuevo si empeora su salud.
Por último dijo que no comprende a la persona que prescinde de Jesús y vive sin El. No sabe como pueden disfrutar de la vida sin su cercanía y sin encontrarle cada día.
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