Hoy me llevé una alegría, pues me llamó un amigo para que
fuera al hospital en donde un feligrés, enfermo y amigo de ambos, quería verme. Le empecé a
encomendar y le fui a ver enseguida.
Mi primera experiencia es que cuando un enfermo pide al
sacerdote todo el mundo se doblega a su deseo. Por algo en la carta de Santiago
dice que si alguno enferma llame a los presbíteros de la Iglesia. El
enfermo es el primer responsable, el
primero que tiene que llamar.
Una de esas ventanas del clínico daba a la habitación |
Luego cuando llegué y le vi, estaba con su mujer que le acomodaba en el asiento al lado de cama. No tenía
dolor pero estaba cansado.
Al llegar nos dijo a los dos una cosa que me llamó la atención: “venimos en
blanco y hay que marchar en blanco”.
Esta expresión nunca la había oído pero es bien bonita. El
bautismo nada más nacer nos ha puesto con el traje blanco de la gracia. Luego
nosotros lo hemos manchado y, tantas veces también, lo hemos limpiado con la confesión y …cuando
se acerca el momento de presentarse ante Dios no hay más remedio que mirar cómo
vamos y ponernos de nuevo en
blanco, cosa que nos proporcionan los
últimos sacramentos. Además vamos a las bodas del Cordero, y a unas bodas hay que ir bien vestido y preparado.
Que grande es El Señor que nos tiene todo previsto para que
podamos adentrarnos en la eternidad sin miedos y con paz.
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