El lunes día 13 de enero fallecía en el Hospital general de
Galicia, el clínico, D. Enrique Reigosa García, sacerdote de esta diócesis
desde 1958 a quien he tratado durante muchos años.
Santo Tomé de Quireza |
Llevaba tiempo – años – enfermo con diversas dolencias
bastante graves, pero que las
llevaba con buena cara y sin darles mayor
importancia. No le impidieron atender a la parroquia ni confesar en la
Catedral.
En la Catedral pasaba muchas horas dedicado al ministerio
del sacramento de la penitencia. Iba todas las tardes y a veces a las mañanas. Tanto
amor ponía que no le costaba e incluso
en las últimas semanas, teniendo dificultad para andar, lo solucionaba
pidiendo un taxi que lo llevaba y lo traía de nuevo a su casa.
Yo me tengo confesado con él y daba un consejo directo a lo que le decías,
siempre breve, y con una gran
comprensión y cordialidad. Tenía este carisma.
Enrique Reigosa García |
Le gustaba mucho la música y tenía estudios sobre la
materia. Conservo un recuerdo suyo musical de estos últimos días. Le pedí que
pusiera música a una conocida comunión espiritual y lo hizo con mucho gusto.
Conservo unos pentagramas con su letra ya vacilante, pero con una bonita
melodía.
Cuando estaba en el Hospital le comentaba a su sobrino cuanto
le gustaría tener allí un piano para entretenerse con la música. Ahora, en el mundo de Dios, como me decía un niño de
catecismo quedará extasiado con los coros de los ángeles y con la música
celestial.
retablo de la capilla mayor |
Panteón de un antepasado de D. Enrique |
Asistía con gusto a los medios de formación de la Obra. Últimamente,
aunque no podía moverse, pretendía que le lleváramos a esos medios, porque “ me
anima tanto esa formación”, que no le gustaba nada perder aquella oportunidad.
Descansa en paz |
Puse mi firma en el libro de firmas con esta jaculatoria: ”El
Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quien temeré?.
El funeral fue en Quireza tierra natal de Enrique. Lo presidió El vicario de Pontevedra D. Calixto Cobo quien habló sobre la necesidad de sacerdotes y de acudir al Señor para pedírselos ya que nos dice venid a mi.
Asistieron unos 25 sacerdotes y numeroso público especialmente de Figueiras.
Al final una joven de Figueiras leyó un escrito redactado por varias catequistas y colaboradoras de la parroquia, dando gracias a D. Enrique por su labor y entrega pastoral.
"Queremos testimoniar con nuestra presencia aquí, el pesar que sentimos por el fallecimiento de D. Enrique, pero también y sobre todo, mostrar nuestra gratitud por tantos años de entrega y dedicación a todos nosotros.
Sabemos el esfuerzo que él ha realizado por sus feligreses, incluso a pesar de que su salud, en ocasiones, no lo acompañaba. por mucho que se diga, siempre será muy poco.
Él tan buen músico y compositor, hizo de su vida de sacerdote, una sinfonía de dedicación a los demás, fuera cual fuera su estado: niños ancianos, jóvenes...sufría con el enfermo y su familia y se alegraba con aquel o aquella que tenía un motivo para reír...
Gracias D. Enrique por su entrega como sacerdote y como amigo.
Gracias, Señor, por habernos enviado un pastor que entregó su vida al servicio del Evangelio"...
El funeral fue en Quireza tierra natal de Enrique. Lo presidió El vicario de Pontevedra D. Calixto Cobo quien habló sobre la necesidad de sacerdotes y de acudir al Señor para pedírselos ya que nos dice venid a mi.
Asistieron unos 25 sacerdotes y numeroso público especialmente de Figueiras.
Al final una joven de Figueiras leyó un escrito redactado por varias catequistas y colaboradoras de la parroquia, dando gracias a D. Enrique por su labor y entrega pastoral.
"Queremos testimoniar con nuestra presencia aquí, el pesar que sentimos por el fallecimiento de D. Enrique, pero también y sobre todo, mostrar nuestra gratitud por tantos años de entrega y dedicación a todos nosotros.
una vista de Quireza |
Él tan buen músico y compositor, hizo de su vida de sacerdote, una sinfonía de dedicación a los demás, fuera cual fuera su estado: niños ancianos, jóvenes...sufría con el enfermo y su familia y se alegraba con aquel o aquella que tenía un motivo para reír...
Gracias D. Enrique por su entrega como sacerdote y como amigo.
Gracias, Señor, por habernos enviado un pastor que entregó su vida al servicio del Evangelio"...
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