La conferenciante fue María Teresa Iglesias Polo, hija de la Natividad, que nos invitó a mirar
a D. Baltasar. Nos lo definió como un líder con carisma.
Entre las cosas que nos dijo, está que extraía las mejores enseñanzas de todos los
acontecimientos.
También dio el testimonio de la fuerza y energía con que comenzaba sus reuniones con un Ave
María purísima. Un cosa tan corriente pero que en sus labios tenía un profundo
sentido.
Era un hombre que valoraba el potencial de las personas que luego
ayudaba a desarrollar. Cuando hablaba personalmente con nosotras, “Nos hacía
sentir a cada una como lo más importante”.
Nos contó su pedagogía,
por ejemplo, entre otras muchas cosas , en las mesas circulares del estudio, para que pudiesen los niños hacer trabajos en común. Piensa
continuamente en los demás, tratando de que se encuentren bien.Sabe contar muy
bien las cosas, es un buen cuentacuentos
y se entregó de lleno a la catequesis.
Desde luego fue un profundo enamorado de Dios y de la Virgen
María. Trató siempre de vivir el presente. Es lo que verdaderamente existe.
Nos habló del Niño Jesús de Atocha que fue hecho en Madrid
en el mejor taller conocido y que se cumple el 16 de mayo el centenario de su
presentación en la Coruña.
Nos cuenta a continuación la fundación de las Hijas de la
Natividad de María que fueron el alma de
la labor. También contó las dificultades y la disposición de D. Baltasar a aceptar la
voluntad de Dios sea la que fuere y fomenta la disposición a hacer cualquier
apostolado.
Puso un buen ejemplo la conferenciante diciendo que las Hijas de la Natividad han puesto al Señor al
volante de su vida y Él es quien las lleva.
El carisma de esta fundación ,
nos dijo, es la infancia espiritual.
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