Fátima en obras y con mucho peregrino

Oporto

Un buen grupo de inmigrantes de diversos países, Uruguay, Paraguay, EE.Uu,  Colombia, Bolivia, Perú etc., fuimos este fin de semana pasado a Fátima.

Nuestra primera parada importante fue en la bella ciudad de Oporto. Pudimos pasear por sus calles y plazas y ver sus magníficos monumentos como la iglesia de S. Antonio o la Catedral.

 Luego el autobús  nos llevó por la orilla del Duero,  hasta ver  de cerca la desembocadura en el mar.

En Fátima residimos en el hotel Nossa Señora das Dores.

Oporto

Tuvimos misa en la capeliña que presidió un sacerdote de la diócesis de Getafe (Madrid) que venía con tres autobuses de gente de una parroquia.

 Nos habló del martirio de la verdad que a veces puede hacernos impopulares, pero que salva y nos hace libres. Pidió que esa experiencia de María la lleváramos a nuestros amigos.

Luego cena, confesiones, rosario ante la Virgen en varias lenguas.

 También Stela, de nuestro grupo, rezó un misterio del Rosario, con buena entonación y piedad.

El domingo misa en la capilla de la residencia, con predicación de D. Javier que nos animó a agradecer el corazón cristiano que nos formaron,  con tantos detalles de fe,  nuestros padres.

Después fuimos a Aljustrel a ver las casas de los videntes, restauradas y  convertidas en museos por el Santuario.

En el camino de vuelta, hubo magníficos testimonios de la experiencia de Fátima, que resumo.

 Ángela María habló de su experiencia de María y como volvía sintiéndose bendecida por la Virgen y mejorada en sus relaciones familiares.

Stela vino con la familia de España al completo y le colmó de felicidad el estar con todos ante la Ss. Virgen. Comentó que los sufrimientos los considera como caricias de la Virgen.

A Gonzalo  también le confortaba  venir a Fátima con la familia. Otro decía que venía a agradecer el trabajo.

Stela rezando un misterio

Otra peregrina – María -, agradecía con emoción el haber traído a sus hijos y verlos en el camino de Jesús.
 Otro incidía en lo mismo y daba gracias por ver a sus hijos,  buenos y cristianos.

Romina recordó algo que le  dijo hace tiempo un sacerdote: que las cosas que nos ocurren, son por algo. Eso ahora los aplica a todos los sucesos de su vida y así aprende mucho.

Alma lleva viniendo 8 años a Fátima y está  muy agradecida con la Virgen porque fue  muy bendecida,  incluso con  algo parecido a  milagros.

Alfredo, ecuatoriano, profesor,  contó como  el rosario rezado muchas veces por su mujer le quitó de la indiferencia y le acercó a la Iglesia y  ahora  también experimentó la ayuda de esta oración mariana en el dolor. Acude a él con mucha fe , como al auxilio de un arma poderosa.

Fátima estaba en obras en la basílica del Rosario. Sólo se  podía visitar las tumbas de Francisco , Jacinta y Lucia.

 Mucha gente por todos los lugares y con ganas de rezar o de hacer penitencia como pidió la Virgen.

 También había una exposición cuyo título era: Gimiendo y llorando. Los lugares del conflicto al tiempo de las apariciones de Fátima.

Al regreso aprovechamos para ver Guimaraes, ciudad con muchos monumentos.

Uno de los peregrinos con  su niña