Hoy fui a coger fiuncho para la procesión del Santísimo. Como
abunda tanto en Galicia no le damos mucha importancia, pero hoy estuve
fijándome en esta planta.
Es una planta olorosa. Lo que huele en realidad es el tallo
y las diminutas hojas. La flor es
pequeñita y vista de cerca es una obra de arte. La hizo el Señor para nuestro
recreo y a lo mejor se descubren otras propiedades que yo desconozco.
Si se le pisa da todavía más olor y si viene el sol se seca pronto
y es fácil recogerlo.
Lo utilizamos para hacer una bonita alfombra, sencilla y ecológica
por donde va a pasar el Amo que la hizo entre otras muchas.
Para nuestra
enseñanza nos puede quedar que hay que dar buen olor y, si nos pisan, tenemos
la oportunidad de difundir todavía más
ese buen olor. Aunque no seamos muy cotizados por nuestras cualidades, si al Amo
le gustamos así, hemos de darnos por muy satisfechos. Ojalá
que también vistos de cerca, como pasa con el fiuncho, seamos muy
de Dios.
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