Subía un día por la acera que da al convento del Carmen de
Santiago y por donde pasan tantos santiagueses y hacen la señal de la cruz al
tiempo que pasan, y,a lo lejos , venía un vecino de la parroquia que iba mirando
para la Virgen que está en la fachada de dicho convento. Al cruzarnos le dije: ”mucho la miras”, y él me contestó: ”é a
nosa nai, como non mirala”
Pues de esto quería hablar: la Virgen es madre de Dios y es
madre nuestra. Reina y madre.
La Ss. Virgen es madre de
Dios, así la declaró el concilio de
Éfeso (S. III), porque esa era la fe de los primeros cristianos enseñada por
los apóstoles. Hay una oración de es época que se viene rezando a la Virgen
hasta el día de hoy. Es el Sub tuum praesidium (Bajo tu amparo). Esta oración
es el del s. II ,al menos, y se viene rezando por los cristianos hasta nuestros
días. Se invoca ya a María como Madre de Dios y se confía en su poderosa
intercesión. Hace poco se encontró un papiro del S.III que tiene esa oración.
Pero si
es grande que la Virgen sea Madre de Dios (Zeotocos), para nosotros es
maravilloso que también sea madre
nuestra. Jesucristo nos la dio como madre cuando estaba en la agonía de la Cruz. Fue como un
testamento oral a favor nuestro, parte de nuestra preciosa herencia.
Podemos
llamarla con muchos títulos hermosos pero yo estoy convencido que el que más le
gusta es ese de Madre de Dios y madre nuestra, y también el que más nos
conviene a nosotros.
De la
Santísima Virgen sabemos lo que nos dice la Biblia en distintos pasajes. Hay
alabanzas a la mujer que ya se hacen en el Antiguo Testamento que se aplican
perfectamente a María.
Pueden leer en el libro de los Proverbios el capitulo
31, 10, en donde se habla de la mujer ideal que vale mucho más que las piedras
preciosas. Todo lo que dice ahí se aplica por supuesto a la mujer, pero también
a la Iglesia de la que formamos parte también los hombres y se aplica también
con toda justicia a María nuestra querida madre. Os invito a
buscarlo en la Biblia y a leerlo directamente.
De la
Santísima Virgen nos hablan los evangelios canónicos pero también dan datos los
apócrifos. Por estos sabemos el nombre de sus padres
( Joaquin y Ana) y como fue al templo a la edad de 3 años para recibir
educación en la Palabra de Dios.
Sobre todos estos datos se ha reflexionado
mucho a lo largo de los siglos y
puede decirse que ha sido uno de los
temas de estudio preferidos por muchos santos y estudiosos. Hay muchísimo
libros y revistas que tratan de diversos aspectos del ser de María. Eso es muy bueno, pues cuanto
más conocemos de la belleza y cualidades de
una persona, mas vamos a quererla.
Juan
Pablo II dijo hace años en uno de sus documentos que se podía hacer una
geografía del culto a María. En esa
ocasión intenté hacer esa geografía mariana en nuestra ciudad de Santiago y me
llevé muchas sorpresas agradables. Vaya como uno de esos ejemplos de
sorpresa, la maravillosa imagen que
descubrí en Santo Domingo de Bonaval de
piedra policromada, llena de bondad y que mira con tanta paz. Invita a rezar
sólo el verla. Cuanto habrá rezado el escultor que la hizo para que le saliera
tan bella.
También
son hermosísimos las muchas adoraciones de los reyes que hay en Santiago ciudad
de peregrinos. Los Reyes Magos también fueron peregrinos a Belén en donde
encontraron al Niño con su Madre María. De esos Reyes tenemos mucho que
aprender y con ellos ir a María y adorar al Niño.
Cada
día más sabor a María, con ella podemos vencer siempre al Maligno. María y audacia, para ser santos.
Víctor Manuel Sánchez Lado
Párroco
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