Soy Luis Palacios, seminarista ecuatoriano que
realiza sus estudios en el Seminario Internacional Bidasoa (Pamplona). En el
último verano mientras pasaba unos meses en mi país, mis superiores me
encargaron dos tareas pastorales. Durante algunas semanas trabajaría en una
parroquia de campo (área rural) y luego en una parroquia de la Amazonía de
país.
Fue sin duda una experiencia maravillosa. Pero, sin
temor a equivocarme, puedo decir que lo más hermoso que me traje de estas
semanas fue la constatación de que la fe es accesible a todas las personas.
Muchas de las personas con las que traté en estos lugares tenían escasa o
ninguna formación religiosa. ¿Cómo poder explicarles los sacramentos, la
gracia, la Trinidad o tantas otras cosas que eran necesarias para su vida
cristiana?
Dios me ayudó, me hizo ver claro que la mejor forma
de acercarles las verdades de fe era utilizar imágenes y figuras de la vida
corriente. He aquí unos ejemplos:
* Bautismo:
¿Por
qué es tan importante el Bautismo? Porque el Bautismo es una PUERTA. Toda casa
tiene una puerta principal por la que entran las personas que ahí viven. El Bautismo
así es la puerta de ingreso a una CASA, que en este caso es la Iglesia. Y esta
casa tiene un DUEÑO, Dios.
Así
el podemos entender la importancia de este sacramento. Es la forma como Dios ha
querido que vivamos con Él, que moremos en su casa que es la Iglesia. Así como
en nuestros hogares vivimos con nuestra familia, así en esta “casa” nos hacemos
familia de Dios: Hijos del Dios Padre, Hermanos de Dios Hijo, Templos de Dios
Espíritu Santo.
* El
Espíritu Santo:
Decía
arriba que el Bautismo nos hace Templos del Espíritu Santo ¿Cómo se puede
entender esto? ¿Qué significa que la Tercera Persona de la Trinidad habite
dentro de mí?
Pensamos
en un COCHE. El coche para andar por las calles necesita COMBUSTIBLE. Para el
“coche de nuestra alma” el combustible es el Espíritu Santo. Así como sin
Gasoil un coche no puede andar, nosotros no podemos avanzar nunca en la vida
espiritual si no contamos con el combustible que nos regala el Espíritu cada
vez que lo tenemos dentro de nosotros.
¿Pero
cómo hacemos para llenar el tanque de combustible, en definitiva, cómo hacemos
para tener dentro de nosotros a Dios? Así como cuando queremos repostar buscamos
una gasolinera para poner 50 o 60 euros de gasoil o diésel; así también tenemos
que ir a la Iglesia (La casa de Dios) y buscar una “gasolinera llamada
SACRAMENTOS” y pedir que nos den “50 o 60 de confesión o de eucaristía”. Solo
con los sacramentos podemos llenar nuestro tanque y dejar que el Espíritu Santo
viva dentro de nosotros.
* Confesión:
Antes
mencionaba la importancia de buscar los sacramentos para llenarnos del
combustible del Espíritu Santo para dejar que Dios actúe en nuestra alma.
¿Cómo
podemos explicar sencillamente la confesión? Bueno, imaginemos que el Rey Felipe
nos invita a una audiencia privada con él. Estoy seguro que nosotros
buscaríamos nuestro mejor traje, nos ducharíamos de la mejor manera, ni que
hablar del peinado… en definitiva que trataremos de ir lo mejor presentados
posible.
¿No
se merece Cristo algo igual cuando nos invita diariamente no solo a tener una
entrevista con él sino a comerlo en la Eucaristía? Y el “mejor traje” para
recibirlo es un alma limpia. Y esto solo nos lo puede dar el sacramento de la
confesión.
Si
nos acercamos al sacerdote a confesar nuestras culpas y a recibir el perdón de
Dios, quedaremos vestidos de nuestro más elegante atuendo espiritual y seremos
dignos de acercarnos a la Mesa del Rey de Reyes.
Como estos ejemplos utilicé muchos más. Espero que
esto os sirva a vosotros al igual que me sirvió a mí para darme cuenta que
debemos de buscar de diversas maneras posibles predicar el mensaje de salvación
de Nuestro Señor Jesucristo. Porque la fe debe ser accesible para todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario