Gregorio |
Aun hay fe en Israel. Así exclamó en una ocasión un amigo mío
cuando vio la bondad de alguna gente. Esto mismo me lo confirma la historia reciente de Gregorio.
Gregorio hace años que viene por San Cayetano, es un viejo
conocido. La vida le echó a la calle y viaja por toda España. Aun es joven y
puede hacerlo. Pero, dias pasados, anteayer, al llegar a Santiago
tuvo una caída y fue necesario que ingresara por urgencias en el hospital. Tenía una fisura de cadera muy dolorosa.
Me llamó y fui a comprarle unos calmantes pues en el hospital no se los daban, seguramente
porque como no está en la Seguridad social , no pueden hacerlo. Pero ahí no termina la cosa,
pues le dicen que vuelva dentro de 10 días a ver cómo va, para ver si cura o si hay que intervenir. Por tanto
a su casa, pero su casa es la fría calle.
Hablé con un amigo en
el hospital, pero no estaba previsto su
caso, ni le encontraban soluciones
dentro, tenía pues que cargar con su dolor e ir de nuevo a las tinieblas
exteriores.
Preguntamos a diversas instituciones, pero no estaba el horno
para bollos. Nadie se hacía cargo. Quizá existe algo que solucione estos casos
pero yo no lo conozco y no lo encontré. Hay
albergues económicos cerca, pero los encontré cerrados en estas fechas.
Esta mañana le llamé preocupado por saber si había solucionado algo. Me dijo que había
dormido en un hotel en el centro de la ciudad. Di interiormente gracias a Dios Providente
que no abandona a los suyos. Y me contó que estando en la sala de espera, entabló conversación con un joven que no conocía
de nada, y que comprendió su situación y le pagó un hotel por 10 días, hasta que de nuevo tenga que ir al hospital.
Aun hay gente buena por la vida que se compadece del necesitado
y hace estas cosas. Que Dios bendiga estos samaritanos que tan necesarios son.
Espero sinceramente que
la sociedad avanzada en que estamos, tenga
algo previsto para estos casos que supongo serán más de uno y que tienen solución bastante
fácil de encontrar.
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