En una celebración parroquial en la que había un buen grupo
de jóvenes, una madre hizo un comentario a la Palabra de Dios que se había
leído. Esa palabra hablaba de buscar a Dios.
Se dirigió a los jóvenes y les dijo que iba a utilizar una
palabra que ellos iban a entender bien: no le hagáis bullying a Dios, a Jesús.
Vi que le entendían y
seguían con atención sus explicaciones. Como yo tenía mis dudas y había otras
personas mayores que les pasaba lo mismo , le pedí que aclarase lo que quería
decir y entonces contó una historia.
Un joven vino a mi casa, estuvo a la mesa con mi familia y
en un determinado momento les comentó en
tono de queja: Estoy disgustado porque mis amigos no me escuchan cuando hablo,
me tienen marginado, no cuentan conmigo e incluso alguno me maltrata. Es decir me hacen bullying.
S.Cayetano en Jueves Santo |
Con esa explicación todos entendimos que era eso de hacer bullying a Dios o a Jesús.
Yo le pedía interiormente perdón a Jesús por las veces
que ha sentido de mi esa sensación y me
proponía un mayor interés por las cosas de Dios y también por las de los demás.
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