lunes, 17 de abril de 2017

S. Roque y la peste




El Dr. José Carro dio una hermosa conferencia en la iglesia de S. Roque preparando los 500 años de la fundación de la capilla y del voto de Santiago.

Toda ella fue entorno al fenómeno de la peste y a la intercesión de S. Roque sobre todo en una época en que no había microscopio y no se sabía el proceso de la enfermedad. Ahora  ya se sabe y está todo muy bien estudiado en las facultades de medicina.

Calificó a S. Roque como protomédico taumaturgo, con poderes místicos.

 S. Roque  atendió a los infectados por la peste negra o bubónica, producida por una bacteria. Pero  esto se sabe desde 1894. Las trasmisión era a través de las picaduras de las pulgas; una sola picadura trasmite 100.000 bacterias.

Esta peste es gravísima y la padeció el mismo S. Roque. Luego se curó por los cuidados de un perro que le llevaba pan para alimento y le lamía las llagas. La saliva de los perros tiene propiedades curativas. Luego también tuvo los cuidados del dueño del perro que extrañado por el comportamiento del perro, encontró a s. Roque retirado en el bosque para no contagiar a otros.

Esta peste inflama los ganglios  linfáticos que hay en las axilas y la ingle que luego revientan y producen un gran dolor  y la muerte rápida.

S. Roque curaba a los enfermos con la limpieza y la señal de la cruz.

Luego el conferenciante se extendió explicando cómo los peregrinos tenían diversos distintivos. Los Romeros que iban a Roma, dos llaves cruzadas. Los palmeros que iban a Tierra Santa con la palma y los jacobinos que venían a Santiago, traían  en el ala del sobrero al venir con dos báculos cruzados y al volver añadían la concha de  vieira. Así eran reconocidos y les ayudaban en el camino. No eran bandidos.

San Roque fue  romero y su distintivo  eran las llaves de S. Pedro.
Profe.Carro y D.Jaime y D.Víctor

En Santiago llega la peste y se construye la capilla  a S. Roque  en las afueras de la  ciudad para que la peste no entre.  Se construye un hospital patrocinado por el arzobispo Francisco Blanco y al mismo tiempo se hace el voto a S.Roque pidiendo su intercesión.

 A continuación describe las procesiones del Cabildo y del Ayuntamiento que el recuerda de joven, y nos habla de cómo se extendía el culto a través de estampas y novenas. Las plantas,  si no las riegas se mueren, decía.

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