Nació D. Francisco el 6-11-1923, en Razo, donde está la famosa
playa turística. Procedía de una familia cristiana y practicante. Eran 9
hermanos.
El Juico final, de Kiko Argüello.María en la puerta. |
Falleció el domingo 7
de mayo en la residencia de ancianos de Santa Teresa Jornet de La Coruña,
acompañado de una religiosa y de su
hermana, mayor que él. Poco antes de dar el último suspiro abrió los ojos, miró
a aquellas dos personas que le atendían y se fue a la puerta del Cielo. Fue muy
bien atendido tanto espiritual como materialmente.
Decía su hermana que era el día del Buen Pastor, un buen día
para morir un sacerdote.
Pienso que la madre del Buen Pastor estaría esperándole
a las puertas del Cielo, para introducirle en las estancias celestiales,
cantando el Hosamna.
Le conocí y le traté cuando él estaba en San Cosme de Antes, cerca de Santa Comba. Fui a su casa
en varias ocasiones y allí hablábamos de lo divino y de lo humano. Se encontraba
en esa parroquia muy a gusto y se preocupaba por el bienestar material y espiritual de sus feligreses.
Ahora le siguen recordando, y allí estaban algunos en el tanatorio,
a pesar de los años que llevaba fuera, y mostraban su cariño con hermosas coronas de
flores y palabras de aprecio. Uno de ellos decía que le debieron haberle insistido en que se quedase en S. Cosme, en donde estaba muy compenetrado con todos.
Luego estuvo bastantes años en Cerqueda hasta que se jubiló. Se vino para la Casa Sacerdotal de
Santiago en donde estuvo un par de años y luego se fue para La Coruña también
en una residencia y cerca de sus hermanos que
le veían con frecuencia.
Le fui a ver al tanatorio de Carballo en una mañana gris y
le fui encomendado a la Virgen que tanto queremos todos los sacerdotes, sabedores de su omnipotencia
suplicante. Pasé al lado de varios santuarios marianos en los que le iba
encomendando, Guadalupe a la salida de S. Cayetano, luego la Virgen de Belén,
mas tarde la Virgen de Entrecruces y por último la Milagrosa de Carballo.
Por el camino recé el Rosario por el amigo finado y me iba fijando en tantas flores de retama y cinamomo,
pidiéndole al Señor que cada flor fuera un acto de amor que llegase al cielo a
favor del hermano Francisco. La naturaleza estaba exuberante, bellísima y
silenciosa, facilitando la contemplación.
De don Francisco me han contado compañeros suyos que fue
un buen jugador de futbol, sobre todo
entraba muy bien al balón con la cabeza y que era muy duro en su puesto de
jugador.
En las parroquias ha quedado claro la predicación de
Jesucristo y el amor a los hermanos. La gente se sentía querida y le correspondieron con amor. Ciertamente el amor en su doble
aspecto -Dios y el prójimo - es la ley
fundamental por la que se rigen los
cristianos.
Él vive eternamente y pedimos siga intercediendo por
nosotros.
Víctor M. Sánchez Lado
Párroco de S.Cayetano
No hay comentarios:
Publicar un comentario