Felicito a las Misioneras apostólicas de la Caridad por la
publicación de varios testimonios sobre
Isabel, que falleció el 24 de agosto de
este año 2017. Espero que pronto alguien escriba una buena biografía contándonos su vida y trayectoria
espiritual.
Su vida ejemplar
puede ser un estímulo para muchos cristianos dormidos que pasan la vida
dedicados a su ego y no miran a su alrededor.
Conocí a Isabel hace varios años en Ciudad Misioneras de la
Bañeza. Venía yo desde Madrid para Santiago con otro sacerdote, y quise
pasar por esa residencia para celebrar
la Santa Misa.
Nos acogieron como hermanos y nos facilitaron enseguida la
celebración de la Santa Misa. Luego nos dieron un buen desayuno, desde luego
bien caliente. Se dio cuenta Isabel que teníamos prisa por marchar pero aquel
café caliente nos lo impedía y lo solucionó muy bien, pues cambió de recipiente
y ya estaba para tomar.
Recuerdo que nos dijo
que aquella casa quería ser una casa de acogida, como una casa de una familia
amiga, a donde se pudiera ir por
cualquier necesidad o urgencia.
Vino varias veces a Santiago y también pasó por S. Cayetano a saludarme en la
parroquia. Se lo agradezco.
No sólo la Misioneras publicaron un In memoriam, sino también el Testamento espiritual de Isabel, que fue leído, con gran emoción para todos, el día de su entierro, después de la Misa.
En este testamento espiritual da gracias a su familia, a su
bautismo que la hizo hija de Dios, a la vida cristiana de su familia y a muchas
más personas en especial a Mons. Ángel Riesco, que le despertó un gran deseo de seguir a Cristo.
Reconoce que fue una gracia los diez años que vivió cerca
del Padre fundador que fue para ella padre y madre y director de su alma.
Habla de sus rebeldías y falta de respuesta al amor de Dios.
Considera una gracia que le confiaran la dirección del Instituto durante varios
años. Luego dice “espero que la
enfermedad me haya servido para purificarme del bien que no hice y de lo que
siendo bueno lo hice mal. A pesar de ello fue una etapa de innumerables gracias”.
…la enfermedad, dice, fue un regalo del amor del Señor.
Reafirma como vivió
la alegría y como el Señor le concedió la gracia de invocar al Espíritu Santo y
vivir bajo su guía. También fue una
gracia el incorporar a María a su vida de una forma mucho más total. Creo que ha sido una fuente de gracias.
Termina diciendo que pide la ayuda de la oración.
Sus últimas palabras: En
El espero descansar.
¿Fue ella en algún momento la postuladora de la Sierva de Dios Laura Pérez Sánchez? Alguien con su mismo nombre, la Dra. Isabel Casquero Fernández, lo fue. Me pregunto si se trata de la misma persona. Gracias si me lo pueden decir. De todas formas, que Isabel descanse en paz.
ResponderEliminar