Hay en la parroquia de San Juan una capilla dedicada a
Nuestra Señora de la Fuente. Es un hermoso santuario mariano que tiene otros cerca como son la Virgen de Guadalupe, Pastoriza o el Carmen.
Es una bonita capilla con un huerto y un atrio. En el atrio, de piedra, hay una fuente con abundante agua y cerca pasa
un rio que en los días de lluvia se llena y desborda.
La capilla está en el extremo
de un parque y la rodean árboles y plantas diversas que le dan un ambiente ecológico
y como de paz.
Hay una guía de Santiago antigua de 1885, cuyo autor es José M. Fernández Sánchez y que
habla ya en aquella época de inundaciones que hacía que los vecinos tuviesen
que subir a los tejados.
Describe la capilla con una puerta conopiada de últimos del
S.XV ó de los primeros del XVI que da ingreso a la capilla. La imagen en piedra
que está en lo alto, dice, que es antiquísima
tal vez del siglo XI, de estilo bizantino, con Jesús en los brazos y que está
sobre la entrada misma.
También es nuevo el cuerpo
de la capilla. Seguramente se refiere a la nave, pero el presbiterio es ojival
y sin duda de la misma época de la puerta.
Los retablos son modernos y el mayor
de orden jónico en el que se venera la
imagen de la Virgen de las Angustias con su divino hijo difunto.
La capilla de la Virgen de la Fuente estaba al cuidado de los Pp. Benedictinos de San Martín,
uno de cuyos monjes iba a celebrar en ella el
sacrifico de la Misa los miércoles y viernes de cada semana.
El 1º de
año se trasladaba al
santuario la comunidad y se cantaba una misa solemne después de la cual pasaban
una parte del día en la huerta inmediata que era propiedad del monasterio.
Era como
una de las romerías de mayo que se hacen en tantos sitios de Galicia.
Hay en esta capilla varios santos entre ellos un sacerdote: S. Caralampio
al que se le hace una procesión y fiesta. También está san Antonio, San Juan Bautista etc.
He aqui la historia de San Caralampio que aparece en internet. No hay ninguna alusión al vino y no sé por que dicen de este santo que es el patrón de los borrachos. Tal vez alguien erudito lo pueda explicar.
Fue martirizado en el tiempo del
emperador Sauiro (194-211), en la ciudad de Efeso. Era sacerdote por
mucho tiempo cuando recibió el martirio. Tenía 107 años, y parece que ha
sido el mártir mayor, por edad, de toda la historia.
Le acusaron de haber formado un peligro
para la seguridad del emperio porque provocaba rebelión en el pueblo.
Cuando lo condujeron ante la presencia del gobernador Luciano, estaba
revestido del ornamento sacerdotal. El gobernador lo amonestó y él
contestó: “Tú no sabes lo que es conveniente para mí. Te digo: no hay
más dulce a mi corazón que ser perseguido por el amor de Cristo. Te
suplico apliques las torturas, lo más pronto posible, sobre este viejo
cuerpo, todo lo que piensas que es insoportable, para que aprendas la
fuerza invencible de mi Cristo.”
Le desvistieron y lastimaron su cuerpo
con garras de hierro. Sin embargo, ni un gemido, más bien decía: “Les
agradezco, hermanos, porque al desgarrar mi cuerpo viejo, renuevan mi
espíritu y lo aprontan para la bienaventuranza.”
Varias torturas, pero como si se
hubieran aplicado al cuerpo de otro. La escena provocó la conversión de
muchos. Se menciona que el santo compareció ante el mismo Emperador en
Antioquía, y que en su presencia curó a un hombre endemoniado por
treinta y cinco años. El demonio cuando percibió el perfume de santidad
que surgía del hombre de Dios, gritó: “Te suplico, siervo de Dios, no me
castigues antes de tiempo. Ordéname y yo saldré del hombre.” El santo,
con la valentía de su Señor, le increpó y el hombre quedó curado.
Se agotó la paciencia del Emperador y
mandó decapitarlo. La hija del emperador misma, Galina, creyó y acogió
su cuerpo para enterrarlo debidamente.
Su cráneo es guardado en el
monasterio de san Esteban, Metéora; también hay reliquias de su cuerpo
en el Monte Atos, Palestina, Chipre, las islas griegas.
En Grecia, la
veneración y la devoción a san Caralampio es difundida de una manera
vigorosa. La Iglesia entera, en Oriente y Occidente, lo conmemora el 10
de febrero. Sus oraciones sean con nosotros. Amén.
Foto del año 1970 |
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