Yo, y otros, lo venimos haciendo desde hace años con frutos de amistad
y con magníficos encuentros fortuitos.
El sábado por la mañana y acompañado de un voluntario de la
parroquia llamado Antonio, salimos sin prisas hacia uno de los lugares de la
parroquia (La Torreira), a través de varias calles.
Saludé a una enfermera jubilada que
me dio alguna queja y fui viendo los
límites de la parroquia, también preguntando
a quien pasaba, por si los conocía. Bendije
a un niño en su sillita y felicité a la madre, y otros encuentros y saludos.
Antonio me enseñó el
Centro Social del que es presidente; es un centro bastante capaz, ordenado y
limpio y con apertura al público para diversas actividades y en donde se pueden
encontrar y charlar o jugar a las cartas.
Me llevó por parques y bonitos rincones y me fue explicando lo que conocía de las calles por donde pasábamos. Vimos lavaderos antiguos y fuentes de piedra, en buen estado de conservación que son un adorno de las distintas zonas.
Pude observar la cantidad de obras y reformas que embellecen
y mejoran la zona. Me pareció que los
vecinos de Vista Alegre son creativos, pues hay restaurantes, establecimientos de
toda clase, negocios, talleres etc..
| Nuevo centro social visto desde la carretera de Santa Comba |
Hay una zona de estudiantes, una escuela de idiomas,
filología, facultad de arquitectura y económicas. A los jóvenes se les ve por
las calles habitualmente.
Hay más cosas dentro de la parroquia como el museo de
H.N (historia natural) que vale la pena ver y que espero sea más visitado por los niños que les encantará, un auditórium etc.
Todo esto merece un capítulo aparte.
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