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Desde hace unos años, en los domingos de Pascua, el Camino
neocatecumenal sale a las plazas con una cruz, un atril, una imagen de Cristo y dan una catequesis testimonio al que quiera oir.
Este año, en Santiago, vinieron a visitar a Vista Alegre,
cerca de unos campos de tenis y entre viviendas modernas. Otros años fueron a
Cervantes o al mismo Obradoiro. Siempre con el permiso del Concello y el
conocimiento del Sr Arzobispo.
Este tercer domingo de Pascua fue la comunidad de Muros la
que llevó la responsabilidad de la catequesis o anuncio y de los cantos.
Me llamó la atención lo bien que se explicaba una mujer del pueblo, de Muros, madre de familia
con 5 hijos (uno fallecido) y persona
sin especiales estudios pero convencida de como con Dios se pueden superar las
dificultades y se puede tener una paz interior que solo Él da. No fue una
explicación de libro, sino de su experiencia de Dios, transmitida con sinceridad
y claridad.
Luego hubo unos cantos, con un baile de origen judío, una
lectura del Evangelio y la oración del misal y, como estaba allí un sacerdote,
la bendición.
El predicar en lugares públicos tiene antecedentes, como la
predicación de Jesús en la Montaña o a la orilla del lago, o la predicación de
los dominicos al sur de Francia estando
al frente el mismo Santo Domingo de Guzmán, o la predicación de San
Antonio en Rímini, a los peces porque los hombres no le querían escuchar.
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