En San Juan, el domingo día 24 de junio, fue un día grande, pues hicieron su primera comunión 11 niños de
la parroquia.
Estaban de punta en
blanco y lo mismo sus padres y familiares. Se habían preparado durante dos años
y luego una preparación intensiva de 10 días en
la parroquia, en la que se les veía crecer de día en día.
Si se les cuida,
estos niños podrán llegar lejos en sus virtudes.
Los padres prepararon la iglesia y la ceremonia con mucho
detalle y algunos participaron en las lecturas. La coral, fantástica, llenó con
sus cantos vibrantes, la celebración.
Estaba la iglesia a tope
y había gente de pie; el sacerdote dio gracias a Dios por tener
aquella iglesia amplia en donde la mayoría podía estar sentada cómodamente. Sentados caben 400. Dio gracias
también a los sacerdotes y otra personas e instituciones, que llevaron a cabo esa
magnífica construcción, que ahora disfrutamos.
Les recordó a los niños que como san Juan Bautista: señalaran
y dieran a conocer con alegría a
Jesucristo.
Al dar la paz, los niños entregaron una bonita rosa blanca a sus madres, que fue un detalle más de unidad familiar. Lo que se le da a la madre también es para el padre y al revés.
Como teníamos un grupo de Wasatch, nos comunicábamos a través
del mismo, utilizando este medio moderno.
Las fotos que pongo, fueron enviadas
por este medio y se lo agradecemos a los que se molestaron en mandarlas. A través de ese medio también fueron escribiendo las impresiones de ese día, de distintas maneras pero coincidieron en que fue un día precioso y muy emocionante y agradecieron a las personas que colaboraron especialmente a los catequistas.
Pido a Dios por la perseverancia de estos niños y que guarden
con tesón, el tesoro de la fe y del amor
de Dios que ya tienen, pero, como la palmera, ha de crecer día a día.
Esperamos verlos de nuevo en octubre, para ir afianzando lo que con alegría han experimenado y que vayan pensando en la Confirmación.
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