Esta parroquia está en la ruta del camino inglés que
comienza en Ferrol y pasa justo por delante de la iglesia.
Los peregrinos que pasan, encuentran la iglesia abierta pues hay un voluntario
que les recibe, les atiende a sus preguntas y le sella la credencial. Siempre se
les ve alegres. No vi a un peregrino triste.
En una ocasión venía un matrimonio de mediana edad y les vi
cara de cansancio , entonces me dirigí a la señora y le dije que tenía cara de
cansada. Me contestó que estaba cansada
pero contenta. El marido asentía discretamente y también se alegraba del comentario.
Quizá ni los mismos peregrinos saben de dónde viene ese gozo y alegría.
Reflexionado sobre ello y después de varios comentarios y preguntas
veo que el camino les ayuda a rezar y reflexionar. A pensar en esas preguntas fundamentales,
quien soy, que hago. ..
Muchas veces hacen
confidencias con sus compañeros de viaje y eso de abrir el alma a un amigo o a
un hermano en la fe, es muy sano. Ya santa Teresa decía que todos necesitamos un desaguadero.
Luego también ayuda el salir del nivel del egoísmo. El camino ayuda a pensar en
el otro, a ayudarle y eso da alegría de hacer el bien. También sientes la fraternidad que ya en otros ámbitos de la vida, no se estila
pero que conforta tanto.
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