Un grupo de amigos estuvimos viendo el Pórtico de la Gloria
de la Catedral de Santiago recientemente restaurado. Nos dio explicaciones uno
de los canónigos, D. Elisardo Temperán.
Se paró en el mensaje que quiso hacer el autor de este Pórtico,
el maestro Mateo.
Sólo contaré lo que a mime llamó la atención aunque sean
cosas secundarias. No me paro en la
escena de los que se salvan y se condenan,
o del modo de salvarse por lo que se podía llamar la religión natural o del
pueblo judío a través de la ley.
Me llamó la atención los grifos, seres fantásticos e
imaginativos (1), que están puestos al
nivel de los pecados capitales que están
en otra zona de la base de otras columnas. Estos seres representan
nuestras propias complicaciones imaginativas que nos hacen sufrir y que nos
separan de Dios.
También me llamó la atención el árbol de Jesé que va
rodeando los antepasados humanos de Cristo
hasta la Ss. Virgen. Ese árbol
representa las limitaciones y defectos que nos envuelven, excepto a María que
se ve libre de todo eso. Destacó el
parecido con Eva diciendo que no al pecado
con una de sus manos. Ella es la
nueva Eva.
También está representado el cielo en donde todas las figuras
son niños. Ya Jesús dijo que si no os hacéis como niños no entraréis en el
Reino de los cielos. Los ángeles los
coronan y preparan.
Los 24 ancianos con sus instrumentos musicales afinados, tensos, y de
charla amigable esperan algo (esperan a que lleguemos nosotros), y Cristo , humano, enseñando sus
llagas es como instrumento afinado que suena su salvación en la Cruz. El también
está tenso en la Cruz.
Por último se ve a Pedro con tres llaves, dos vueltas hacia arriba y una hacia abajo. Está perfectamente
vestido de Pontífice. Te daré las llaves, le dijo el Señor, esas llaves son para la tierra
y para el cielo.
En una hora dijo otras muchas cosas, pero, eso, mejor es oírlo directamente.
(1)
El grifo es un animal fabuloso mitad león, mitad águila. Es
una de las bestias fantásticas más carismáticas y representadas a lo largo del
tiempo, por sus connotaciones positivas y el simbolismo que contiene su forma
híbrida. Seguro que si nos acercamos a cualquier iglesia o catedral de nuestra
ciudad podremos distinguir entre los muros de piedra, las tallas y las gárgolas
a este ser. A veces costará reconocerlo, claro está. Hemos de tener en cuenta
que en la época de las grandes catedrales la gente no tenía la capacidad ni la
necesidad de realizar grandes viajes, y mucho menos tenían una cámara de fotos
del futuro para saber qué es un león, qué es un elefante, cómo son los
cocodrilos o a cómo se dibuja un rinoceronte. Dichos animales, para ellos, no
existían. En aquella época solían encontrarse descripciones sobre animales
lejanos tales como “un elefante es un animal
grande como una torre con patas como árboles al que le crece una serpiente
donde debiera tener nariz“. ¿Cómo dibujaríamos un bicho a partir de
una descripción así? Pues eso: ante la duda, imaginación.
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