martes, 28 de mayo de 2019

Un peregrino nota la Presencia de Dios.



Con frecuencia les pregunto a los peregrinos sobre su experiencia en el camino. Pues uno, a la puerta del despacho, de pie y  sin entrar,  tuvo  esta  bonita confidencia.


 Me dijo que era de Uruguay. Que vino con muchas ganas de hacer el camino desde Ferrol, por unas peticiones urgentes famliares. Y  que después de andar una jornada sintió un fuerte dolor de rodillas que casi le paralizaba.

 Se quedó a dormir esa  noche en un albergue,  pensando,con tristeza,  que al día siguiente  tendría que  determinar su decisión de seguir o de dejar el camino.

Cuando sale del albergue a la mañana siguiente, nota de nuevo el dolor, pero a los pocos metros ve, arrimado a un árbol,  un bastón de peregrino, como si Dios se lo dejara allí para él y le animara a seguir el camino, cosa que hizo y pudo llegar a la meta,  a Santiago.

Cuando  terminó de contarlo lloraba como un niño, considerando la bondad de Dios para con él, que hasta le proporcionó un bastón para facilitarle el camino a Santiago.

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