D . Armindo, se hizo
famoso por su hoja parroquial, por su humor y por sus muchos viajes en
peregrinación a los más diversos santuarios y lugares.
Nació en Santo Tomé de
Insua (27/4/1927) y se ordenó en el Congreso
eucarístico de Barcelona el 31/5/1952. Falleció el 21 de mayo de 2019, en casa de su famlia en el lugar en donde nació, poco tiempo después de ser dado de alta en el hospital clínico de
Santiago.
Hay una señora en la parroquia de S. Cayetano que le conoció de niño y que fueron a la misma
iglesia. Ella me comentó que hizo mucho bien. Esa frase tiene
sabor evangélico pues del Señor también se dijo que pasó haciendo el bien.
También me contó que comparaba su hoja parroquial con los
yogures. Decía que no era como los
yogures que caducan, sino que la hoja no
caduca.
Yo recuerdo una
anécdota que le retrata. Fui un domingo por la tarde a su parroquia de Vedra, a un funeral de un pariente mío.
Fui despreocupado
pues iba solo a rezar por el difunto y acompañar al celebrante. Pero cuando me
vio en la sacristía cogió la casulla y me la colocó. Le protesté pues ya había
celebrado dos misas, pero insistió rápidamente diciendo que él había celebrado ya cuatro. Ante ese argumento,
callé y presidí la celebración sin rechistar.
Su vida fue sacerdotal y apostólica. Estuvo en Brasil
unos 10 años y luego en Vedra. Siempre dedicado a la labor de evangelizar, con la predicación y con la hoja parroquial que llegaba lejos. Creo que hasta la recibía el Sr. Arzobispo y
que se reía con sus gracias y comentarios.
En los viajes era muy entretenido con sus
observaciones graciosas. Decía que él no podía vivir sin aquellas
peregrinaciones anuales, que las necesitaba. Lo pasaban en grande con él,
aunque también daba la formación en los
lugares que visitaba, contando su historia y su mensaje.
Que el Señor le premie con el ciento por uno y que pida por nosotros.
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