El primer domingo del mes de
julio es S. Caralampio en la parroquia de S. Juan. Todos los años, por
esas fechas, se ve mucho movimiento en la
zona de la capilla de la Virxe da Fonte
en donde se venera su imagen.
Generalmente invitan a
unos gaiteiros y un grupo de baile gallego que
actúan al término de la Misa en el atrio de la capilla, ante un público agradecido.
Se tiene una Misa y los vecinos hacen un aperitivo en que no
falta la empanada y otras delicias para el paladar. Luego, si se tercia, comida campestre como en los
viejos tiempos.
Hay un dossier en los archivos parroquiales hecho por D.
Guillermo Iglesias Parcero que abarca de los años 1927-2005, en donde cuenta cómo
empezó todo.
El origen es en el año1922, después de la gran peste de 1918
en murieron en Europa 40 millones de personas.
En este barrio se organizó una sociedad para la
atención a los enfermos, para la
atención médica y para los entierros dignos, pues no había seguridad social ni
nada que se le pareciera.
Los vecinos de Vista Alegre supieron organizarse y lograron
por su buen hacer el respeto de la
ciudadanía.
Luego eligieron a este santo, San Caralampio, para pedir su protección.
Había una imagen en la
isla de la Toja y se le pedía ayuda para enfermedades, pobreza etc. La imagen
fue obra del conocido escultor Jesús Picón y fue copiada de la imagen que ya
existía en la Toja (1927).
Este santo era del siglo primero y vivió en Asia Menor, ahora Turquía;
tal vez escuchó por allí la predicación del apóstol S. Juan. Era obispo y murió mártir, como tantos otros entre los primeros
cristianos, tenía 113 años.
En su martirio se le aparece el Señor que lo
conforta y le dice que le pida lo que
quiera.
Pide que donde se conserven sus reliquias o se celebre su memoria, no
haya hambre, ni peste y que haya pan, salud
y paz, para el cuerpo y para el alma.
Por esas circunstancias se acude a este santo para que sea protector en estas necesidades de siempre.
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