Hay bastones famosos y con historia, por ejemplo el bastón de Moisés , con el que
abrió el Mar Rojo o hizo brotar de una roca una gran fuente de agua y otras maravillas conocidas por la Biblia.
Aquí en Santiago son muy vistos los
bastones de los peregrinos a veces sofisticados y otras son una
voluminosa rama de un árbol, un poco acicalada y ya está.
También está el bastón de mando de los alcaldes que cogen
con tanto gusto y que lo sueltan con pena de dejarlos.
Hay que recordar también
el Báculo de los obispos, signo de su autoridad
sobre el pueblo de Dios que tienen
encomendado.
Los pastores que tienen
bonitos rebaños, los guían con la ayuda del bastón y del perro. Tengo un
amigo que al bastón le llama garrote, quizá pensando que puede ser un arma defensiva
y ya por último está el bastón del Apóstol Santiago en forma de T, que tiene en el famoso Pórtico de la Gloria.
Todo esto viene a
cuento porque tengo un amigo que se llama a sí mismo un cura semi-rural y que se mueve
por la vida con un bastón, un bastón corriente.
Es un bastón con mucha paciencia pues no sólo acompaña a su
amo en el lento caminar, sino que soporta grandes presiones cuando quiere
levantarse de cualquier asiento.
No protesta, sino que sirve sin esperar nada a cambio.
Tampoco se queja cuando es abandonado en un rincón, en donde
espera pacientemente ser recogido. No tiene nombre propio, es simplemente un
bastón, pero el amo le ató una cinta con su nombre y el código de barras de la
seguridad social, por si lo pierde, para que retorne a casa.
Es un compañero fiel, no se niega a trabajar o a quedarse en
el paro y al mismo tiempo sirve para muchas cosas, es multiusos. Puede apartar
un perro, o apagar una luz o darle al botón del ascensor o acercar un zapato
que se ha quedado lejos.
El amo le está gradecido aunque no se lo diga y si es el
bastón de mando de un ayuntamiento, incluso
puede recibir un cariñoso beso, en atención a que representa el mando que
tiene ese Sr. Alcalde.
Que bien, si somos para los demás y para Dios, un bastón corriente. Cuanto premio nos espera.
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