La Iglesia se ha comparado al Arca de Noé. Con esa comparación podremos entender mejor la naturaleza y misión de la Iglesia de Jesucristo.
Hay que agradecerla, porque entra en los planes de Dios. Dios ha querido la Iglesia (Mi iglesia dice Jesús), Por tanto nos corresponde a nosotros tenerla bien dispuesta y bella para que cumpla su magnífica misión.
Nadie se pone a agujerearla, o a darle patadas, siguiendo con la comparación del arca. Fuera llueve, hace frio y la gente se pierde.
Si sales, hay una segunda tabla de salvación que es la penitencia que nos retorna al abrigo del Arca, de esta madre la Santa Iglesia.
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