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S.José de Illobre (Vedra) |
Unción de enfermos en S. Juan y San Cayetano
El día 11 de febrero, en la festividad de Nuestra Señora de Lourdes, va a administrarse la Unción de enfermos a las personas que lo pidan en las dos parroquias de S. Juan y S. Cayetano
1.-apuntarse
2.- estar confesados de poco tiempo.
3.-Charla sobre este sacramento.
¿Quiénes pueden apuntarse?: los enfermos cualquiera que sea su edad, pero no hace falta que se estén muriendo, basta una enfermedad , y los mayores de 70 años aunque no estén enfermos.
La Unción es tener dispuesto el pasaporte para el Cielo. Se puede recibir más de una vez si aumenta la gravedad.
En la carta de Santiago se dice que si enferma alguien que llame a los presbíteros de la iglesia para que le impongan las manos y le hagan la unción con el oleo santo. La unción limpia los pecados en raíz, es como un segundo bautismo si se recibe con fe.
Así dice el cate:
LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS
1499 "Con la sagrada unción de los enfermos y con la oración de los presbíteros, toda la Iglesia entera encomienda a los enfermos al Señor sufriente y glorificado para que los alivie y los salve. Incluso los anima a unirse libremente a la pasión y muerte de Cristo; y contribuir, así, al bien del Pueblo de Dios" (LG 11).
Otras noticias
14 de febrero: CAMPAÑA CONTRA EL HAMBRE
17 de febrero: miércoles de ceniza. Comienzo de la Cuaresma.
el cate
El catecismo presencial con la Misa, sigue contra viento y marea, al menos mientras los niños van al colegio. Se matienen las precauciones recomendadas.
ANIVERSARIOS
S. Cayetano
Día 20 a las 19 hs. por Josefina Gigirey Mata ( Agra de Arriba)
día 27 a las 17 hs. aniv .por Manuel Liste Mata (Belgrado)
S.Juan
día 27 a las 18 hs. aniv. Carmen Miramontes Miramontes.
Domingos de S. José
El 31 de enero fue el primer domingo de S. José. Son siete y en cada uno se contempla un dolor y gozo del Santo Patriarca.
Por más que suele hacerse esta devoción los siete domingos anteriores a la fiesta de San José, sin embargo puede hacerse en cualquier tiempo del año. Estas oraciones de los Siete Dolores y Gozos deben hacerse precisamente el mismo domingo; pero la Comunión puede hacerse el mismo domingo, o el sábado anterior o cualquier día de la semana siguiente. La confesión cada ocho o quince días.
Oraciones que deben rezarse cada domingo
1er ¡Oh castísimo Esposo de María, glorioso San José! Tanto como fueron terribles los dolores y las angustias de tu corazón, cuando creíste deber separarte de tu Inmaculada Esposa, tanto fue vivo el gozo que experimentaste cuando el ángel te reveló el misterio de la Encarnación.
Te suplicamos, por este dolor y este gozo, que te dignes consolar
nuestras almas ahora y en nuestros postreros momentos, alcanzándonos la gracia
de llevar una vida santa y tener una muerte semejante a la tuya, en los brazos
de Jesús y de María.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria Patri
2do ¡Oh dichosísimo Patriarca, glorioso San José, que has sido elevado de padre nutricio del Verbo hecho hombre! El dolor que sentiste al ver nacer al Niño Jesús en tanta pobreza, se te trocó bien pronto en un gozo celestial cuando oíste los armoniosos conciertos de aquella memorable y resplandeciente noche.
Te suplicamos, por este dolor y este gozo, que nos alcances, al
terminar esta vida, la gracia de ser admitidos a oír los santos cánticos de los
ángeles, y gozar del resplandor de la gloria celestial.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria Patri
3er ¡Oh modelo perfecto de sumisión a las leyes divinas, glorioso San José! La vista de la sangre preciosa que el redentor Niño derramó en su circuncisión, traspasó tu corazón de dolor; pero la imposición del nombre Jesús lo reanimó, llenándote de consuelo.
Alcánzanos, por este dolor y este gozo que, dando de mano a todos
los vicios durante la vida podamos morir con gozo y alegría, invocando de
corazón y de boca el santísimo nombre de Jesús.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria Patri.
4to ¡Oh Santo fidelísimo, a quien fueron
comunicados los misterios de nuestra redención, glorioso San José! Si la
profecía de Simeón te causó un dolor mortal, haciéndote saber que Jesús y María
debían sufrir, te llenó al mismo tiempo de satisfacción, al anunciarte que sus
padecimientos serían seguidos de la salvación de multitud innumerable de almas,
que resucitarían a la vida.
Pide por nosotros, en memoria de este dolor y de este gozo, para que seamos del
número de aquellos que, por los méritos de Jesucristo y la intercesión de la
Virgen María, resucitarán para la gloria.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria Patri.
5to ¡Oh vigilantísimo guardian del Hijo de Dios hecho hombre, glorioso San José! ¡Cuánto has sufrido por servir al Hijo del Altísimo y proveer a su subsistencia, particularmente durante la huida a Egipto! Pero también ¡cuánto debiste gozar en tener siempre a tu lado al Hijo de Dios, y en ver caer los idolos de los egipcios!
Alcánzanos, por este dolor y este gozo que, teniendo siempre al
tirano infernal alejado de nosotros, sobre todo con la pronta huída de las
ocasiones peligrosas, merezcamos que caigan de nuestros corazones todos los
ídolos de las afecciones terrenas, y que enteramente consagrados al servicio de
Jesús y de María, no vivamos sino para ellos y les ofrezcamos nuestro último
suspiro.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria Patri.
6to ¡Oh ángel de la tierra, glorioso San José, que viste con admiración al Rey del cielo sometido a tus órdenes! Si el consuelo que experimentaste, al conducir de Egipto a tu querido Jesús, fue turbado por el temor de Arquelao, a su vez tranquilizado por el ángel, permaneciste gozoso en Nazareth con Jesús y María.
Obtennos, por este dolor y ste gozo que, libres de todos los temores que puedan sernos nocivos, gocemos de la paz de una buena conciencia, vivamos tranquilos en unión con Jesús y María y en sus manos entreguemos nuestra alma en el momento de la muerte.
7mo ¡Oh modelo de santidad, glorioso san José, que habiendo perdido al Niño Jesús, sin que hubiese culpa por parte de ti, lo buscaste durante tres días con inmenso dolor, hasta el momento en que experimentaste un gozo indecible, el más grande de tu vida, al encontrarlo en el templo en medio de los doctores!
Te suplicamos desde lo íntimo de nuestro corazón, por este gozo, que te dignes emplear tu valimiento cerca de Dios, a fin de que nunca nos suceda perder a Jesús por el pecado mortal; y si desgraciadamente nos acaeciera este grande infortunio, haz que lo busquemos de nuevo con el más profundo dolor, hasta que lo encontremos favorable, sobre todo en el momento de la muierte, para poder luego gozar de él en el cielo y bendecir contigo sus infinitas misericordias durante toda la eternidad.
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