Así me dijo una feligresa nada más llegar a la iglesia, para la misa de la tarde.
La entendí perfectamente, pues no es la primera vez que comparo la Unción de enfermos a un pasaporte para entrar en el cielo.
Todos sabemos como el pasaporte nos resuelve dificultades para entrar en otro país. Pues para entrar en el Cielo es algo parecido.
Tuve una catequista que hablaba con mucho entusiasmo de la Unción de los enfermos a todas las personas que podía. Daba su experiencia por haberla recibido en varias ocasiones y contaba cómo le invadía una paz que no puede explicarse con palabras, decía.
A los niños (de 5 y 6 años), también se lo explicaba y comparaba la Santa Unción al pasaporte. Se lo adornaba contando su primer viaje a París…los niños quedaron admirados de la bondad de ese pasaporte y, dicho y hecho, vinieron a la sacristía 4 ó 5 y me dijeron que venían a pedirme la Unción de enfermos, es decir , el pasaporte para el Cielo.
Como se puede imaginar, su petición me dejó gratamente sorprendido. Ellos venían en serio. Y, yo, también en serio, les dije que para eso tenían que estar enfermos o tener más edad y que entonces no había ningún problema.
Ahora cuando hablo de este sacramento, cuento esta historia y por eso hay personas que me piden el pasaporte.
En esta parroquia llevamos años dando la Unción de enfermos a muchas personas que lo piden, el día de Nuestra Señora de Lourdes, que es el día mundial del enfermo y por tanto muy propicio para recibir este sacramento.
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