Ayer salía la procesión de la Virgen del Carmen de su iglesia. Iba vestida de lujo, con una falda y una capa bordada en oro, obra de muchos años de trabajo de la M. Elvira, religiosa ya fallecida. Estaba enmarcada en unos arcos de flores que realzaban la belleza de las imagen y mostraban también el cariño a María con obras.
Antes de salir la procesión hubo exposición y bendición con la Eucaristía, con Jesús mismo no con un símbolo de Jesús. Lo que confirma que María lleva a Jesús, (cuanto más marianos más cristianos).
Por cierto, visitando la iglesia en el día de
su santo titularse gana indulgencia plenaria con las condiciones acostumbradas
. Ese día 16 de julio se ganaba esa indulgencia.
Llamó la atención la lenta bendición con la custodia al pueblo congregado. Con el Señor no hay que andar con prisas. Luego el P. Carmelita pidió que acompañaran a María y, a poder ser, que se viera el escapulario, cosa que se vio en algunos, pero que habría que hacerlo con más descaro.
Había mucha gente mirando la procesión, otros fueron en filas y rezando a la Virgen, quizá pidiendo algún favor.
La banda de cornetas y tambores, en su papel, dando empaque al acontecimiento.
Y no podían faltar las rosquilleiras que hacen que una fiesta religiosa tenga sabor a Galicia.
El ambiente de la calle y la plaza, era familiar. Se podía ver a familias o amistades que hacía tiempo no se veían y allí se saludaban con afecto. Hubo una siembre de paz y alegría. Gracias María.
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