UNA MIRADA AL AUTISMO

 

En el jardín de la Creación, el Divino Jardinero ha sembrado, cuida y riega muchas clases de flores; todas ellas diversas entre sí y que, con su singular belleza, potencian el colorido del mismo.
Si no existiese esta variedad y todas las flores fuesen rosas, margaritas o crisantemos, por poner un ejemplo, el jardín de la Tierra sería de un monocolor tremendamente monótono, por lo que debemos dar gracias a Dios porque el mundo no sea así.

Esta singularidad se aprecia en las personas autistas aunque no sólo en ellas, pues todos somos diversos.
Es el TEA (Trastorno de Espectro Autista) un trastorno neurobiológico y poligenético que se inicia en la edad temprana y cuya prevalencia en la actualidad es de un
caso por cada 68 individuos.

Según el último Manual de Psiquiatría, el DSM-5, son dos los criterios diagnósticos del mismo: dificultades en la comprensión e interacción social y presencia de patrones de
conducta, intereses o actividades repetitivos, restringidos o estereotipados.

Ya no está incluido, como en manuales anteriores, el criterio lingüístico. Puede,
pues, una persona tener un buen o muy buen lenguaje y estar incluida dentro del espectro.
Desde el desarrollo temprano, estas personas presentan dificultades en la
comunicación e interacción social; además de inflexibilidad a los cambios, intereses
restringidos y anormales en su intensidad o foco (ej.- es posible que a un niño le guste
observar el funcionamiento de una lavadora, lo que ya se sale de lo habitual es que pase
largos ratos haciéndolo) y también, siendo este un aspecto menos conocido, hiper o
hiposensibilidad al input sensorial o intereses inusuales en los aspectos sensoriales del
entorno (ej.- necesidad de mucha luz o anormal sensibilidad a la misma, molestia ante
determinados ruidos o sonidos, gran sensibilidad olfativa, rechazo de prendas o contacto
con materiales a cuyo tacto son extremadamente sensibles, etc.).

No todas las personas con TEA presentan todos estas características ni con la misma
intensidad. Además, este trastorno aparece en personas de muy diferente capacidad
cognitiva, yendo esta desde la discapacidad intelectual hasta la sobredotación.
Como contrapartida a estas dificultades, también se presentan fortalezas. El Dr. José
Ramón Alonso, Catedrático de Neurobiología de la Universidad de Salamanca, destaca las
siguientes:
• Atención al detalle.
• Memoria del detalle.
• Focalización (gran capacidad para centrarse en tareas de su interés),
• Creatividad.
• Honestidad.

Burton

Para ayudarnos a conocer mejor el autismo, pueden ayudarnos el personaje de ficción Sheldon Cooper y también Tim Burton, siendo este segundo un director de cine, productor, escritor y dibujante estadounidense de enorme éxito, diagnosticado de TEA.

Las causas del autismo son resultado de factores genéticos y ambientales.
En relación a los primeros, no existe el gen del TEA, sino que hay muchos genes implicados donde, en la mayoría de los casos, lo más frecuente y llamativo no son las mutaciones, sino las variaciones en el número de copias de los cromosomas.

Dentro de los factores ambientales se excluyen tajantemente los traumas y la educación recibida, sino que, según estudios recientes se han observado los siguientes:
• Presencia de más plomo y menos manganeso y zinc en la dentina de los dientes de leche.
• Toxicidad del antiguo pesticida DDT, todavía presente en la actualidad.
• Edad del padre, dieta y tabaquismo del mismo, pues influyen en la calidad del esperma.
• Exposición a la contaminación ambiental en los tres primeros años de vida.

Si el TEA no se trata desde edades tempranas con ayuda especializada, provoca
fracaso escolar, un 80% de riesgo de acoso y baja autoestima.
Pero... ¿cómo ayudar a estos niños y adultos?
Tratamientos que deben quedar descartados son la HC (hormona del crecimiento) y
cualquier tipo de terapia alternativa.

Es fundamental la detección temprana, así como la ayuda de asociaciones
especializadas en este trastorno.

En el día a día de las personas con TEA resultan muy útiles la estructuración de
espacios y tiempos, la anticipación de lo que va a acontecer posteriormente (pues no
saberlo les causa mucha ansiedad) y los apoyos visuales. Estos apoyos no sólo se refieren a
sistemas alternativos o aumentativos de comunicación o a pictogramas, sino que pueden
ser cosas tan comunes y utilizadas por toda la población como gestos, fotos, agendas o
listas de tareas a realizar o de la compra.

Con estos pequeños apoyos y algo de comprensión, podemos mejorar la vida de
personas que son sin duda muy valiosas para Dios, sus seres queridos y toda la sociedad.

 

Marta González Castro

Profesora.