viernes, 9 de mayo de 2014

Cada mañana, Dios me hace un regalo


Estuve hace días con un pequeño grupo del Camino Neocatecumenal,  en la casa de uno de ellos.

 Se trataba de escrutar un salmo y de ver como se cumple en Jesús y en nosotros.

En un momento de cambio de impresiones y comentarios,  una señora casada, allí presente,  nos dijo una iniciativa que tuvieron en su familia, que venía a cuento con el salmo. Cuando estaban de aniversario de bodas se hacían unos regalos entre padres e  hijos, al terminar la sesión de entrega y apertura , luego decían : vamos a ver qué regalo nos hace Dios y abrían el Evangelio, por donde saliera, y aquello primero que veían,  lo leían y ese  era el regalo de Dios.

 Me pareció una bonita iniciativa y le estuve dando vueltas varios días. Entonces se me ocurrió que no hacía falta esperar a un aniversario,  pues todas las mañanas cuando  abro el Evangelio puedo leerlo  para ver que me regala Dios para ese día, o también cuando lo oigo en la Stª . Misa puedo estar a la expectativa para ver que me regala Dios en ese momento.

Ya empecé a hacerlo y, desde luego, lo leo con otra ilusión.

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